|
Fotos Nico Suárez |
¿La Mississippi es una banda de blues o de rock? La Mississppi es blues y también es rock o, como mejor dice Ricardo Tapia, es un grupo ecléctico de música negra. Pero el suceso de La Mississippi no pasa por uno u otro género musical sino por sus canciones y la energía y la pasión con las que las interpretan en vivo. Esto quedó demostrado el jueves a la noche en el Luna Park cuando la banda celebró sus 30 años y en casi tres horas de show recorrió muchos de sus temas clásicos que el público, su público, cantó a la par de ellos.
El Luna Park estaba prácticamente repleto y la primera sorpresa llegó de la mano del payador Emanuel Gabotto que improvisó una presentación bien folklórica. Poco antes de las 21,30, Tapia-Ginoi-Cannavo-Tordó-Picazo aparecieron en escena en medio de una gran ovación. “La emoción de 30 años, es la alegría de 30 años. Estamos acá por ustedes”, fueron las primeras palabras del cantante. Segundos después sonaron los acordes de
Niño bien. La fiesta ya estaba en marcha.
Fue una noche memorable para La Mississippi y su público fiel. Primero porque la banda entregó todo, como siempre, y supo salir adelante cuando se presentaron algunos problemas de sonido bastante frecuentes en los shows en el Luna Park. Y, después, por el incesante desfile de figuras por el escenario.
La mayor sorpresa de la noche fue la aparición de Valeria Lynch, quien convenció a Tapia y compañía de interpretar con ellos
Desconfío, el clásico de Pappo. “Quiero cantar este tema con ustedes nos pidió. ¡Cómo le íbamos a decir que no!”, contó Tapia. Y pasó lo que tenía pasar: Valeria Lynch alcanzó un registro extraordinario como solo ella puede hacerlo. También subió al escenario Willy Quiroga, el legendario bajista de Vox Dei, para una versión candente de
Azúcar amarga. “Si hace 40 años me decían que iba a tener al maestro de invitado no me lo creía”, dijo el líder de La Mississippi.
El momento más emotivo de la noche fue el reencuentro de Las Blacanblus Cristina Dall, Deborah Dixon y Viviana Scaliza, quienes recordaron a la fallecida Mona Fraiman, e hicieron unas exquisitas armonías vocales en Same old blues y My babe. Los grandes maestros de la guitarra de blues, Botafogo y Daniel Raffo, también tuvieron su momento en la celebración. El primero en una furiosa versión de
El gato de la calle negra y el segundo en la clásica Caldonia.
La banda también se reencontró con antiguos miembros como los armoniquistas Claudo Zárate y Rubén Vaneskeheian, los saxofonistas Eduardo Introcaso y Zeta Yeyati, y el tecladista Chuky de Ipola que subieron en más de una ocasión para interpretar viejos temas como
Matadero,
San Cayetano, Un poco más, El detalle y
Blues del equipaje.
Además, La Mississippi interpretó una batería de temas más recientes como
Búfalo,
Criollo, la flamante
Reserva especial y su descomunal versión de
Post Crucifixión, “uno de los tres mejores temas de la historia del rock nacional”, según Tapia. Hubo más invitados: los guitarristas Tano Marceillo y Mariano Martínez (Ataque 77), y los cantantes Facundo Soto (Guasones) y Pity Fernández (Las Pastillas del Abuelo).
Sobre el final llegaron
Café Madrid, que levantó al público de sus asientos y
Un trago para ver mejor, con el que convocaron de nuevo al escenario a todos los invitados que, como siempre en estos eventos, resulta un caos sonoro que solo se justifica por la foto todos juntos. Hubo un par de bises –
Blues de Santa Fe y Mala transa- y así llegó a su final el sueño que tenía La Mississippi de un gran festejo en el Luna Park.
La Mississippi se sostiene por la relación entre sus miembros, su enorme talento arriba del escenario, el carisma de su líder y decenas de canciones que hablan de ellos, pero también de nosotros.
LA HISTORIA DEL GRUPO MÁS DURADERO DEL ROCK NACIONAL