sábado, 26 de febrero de 2011

De madera

Era una noche para disfrutar solo, con un buen vino y la música fluyendo sin parar. Así como la madera que reviste los parlantes le da al sonido una calidad mayor, lo mismo pasa con determinados vinos que reposaron en barricas. Esto no quiere decir que todos los vinos que se añejan en madera sean mejores. No. Pero en el caso de este blend de Finca La Escondida 2006, el sabor y el aroma del roble hacen que este caldo de la zona mendocina de Maipú sea una exquisitez para los sentidos. Se trata de un vino con 15 meses de guarda en barrica, en el que las tres uvas que lo conforman –cabernet, syrah y merlot- lograron una fusión muy profunda, como el color que se ve en la copa. Están presentes los frutos rojos y algunas especias que no podría detallar. Entre sorbo y sorbo sonó Low country blues, de Gregg Allman; Slim’s shout, de Sunnyland Slim; y So many miles, de Chris Cain. En noches así, solitarias, el vino y la música son compañeros invalorables. Este pequeño post está destinado a preservar ese momento, inolvidable.

jueves, 24 de febrero de 2011

Juliet, naked

Nick Hornby escribe con música. En cada uno de sus libros hay decenas de referencias al rock and roll. Alta fidelidad es, tal vez, su obra cumbre en ese sentido. Ahora, el trono que ostentaba la novela que protagonizaba Rob Fleming, un frustrado vendedor de discos en crisis, se ve amenazada por la aparición de Juliet, desnuda, una novela contemporánea y magistral en la que una pareja que roza los cuarenta se encuentra ante una crisis matrimonial profunda. En medio de esa historia cotidiana el rock and roll se hace presente con toda la fuerza posible: Duncan, el protagonista, es un fanático desquiciado de Tucker Crowe, un músico que desapareció de la escena en 1986, luego de lanzar su disco más formidable: Juliet. Hasta entonces, Crowe era comparado con Dylan, Bruce Springsteen y Leonard Cohen, y desde su desaparición voluntaria pasó a ser un mito entre un grupo de seguidores dispersos por el mundo.

La aparición de Internet hizo que esos locos fanáticos se congregaran en un foro y empezaran a especular las más diversas hipótesis sobre qué había pasado con Crowe. La historia cobra vuelo cuando una compañía discográfica edita Juliet, desnuda, un álbum acústico con las versiones iniciales de los temas que luego conformarían Juliet. Annie, la mujer de Duncan, escribe una reseña sobre ese disco que capta la atención –desde el otro lado del Atlántico- del mismísimo Tucker Crowe. Entonces las historias se empiezan a cruzar y el misterio de la desaparición de Crowe sale a la luz. Nick Hornby escribió una novela divertida, atrapante y dinámica en la que todos nos encontraremos reflejados en algún punto.

lunes, 21 de febrero de 2011

Random

Chris Whitley & Jeff Lang– Dislocation blues. Whitley se formó escuchando a Johnny Winter, Jimi Hendrix y los maestros del blues del Delta. Creció en Texas y vagabundeó con su guitarra por Nueva York, cuando el punk reinaba. Su carrera profesional la empezó en los ochenta en Bélgica y cuando regresó a los EE.UU. trabajó con Daniel Lanois. En 1991 editó su primer LP –en total son doce discos oficiales- y su sonido fue variando tanto como lo fueron sus influencias. Dislocation blues es uno de sus álbumes postmortem. Fue grabado siete meses antes de su muerte, en 2005, junto con el bluesman australiano Jeff Lang. Whitley ya estaba muy enfermo y las canciones suenan descarnadas, directas y potentes como un golpe seco en la cara. El cover de Dylan de Changing the guards es muy emocionante. Es su testamento musical.

The Jolly Boys feat. Albert Minott – Great expectation. Este es uno de esos discos que llegó a mi vida de pura casualidad. Una amiga subió a Facebook el video de un cover de Amy Winehouse –Rehab- y no pude evitar verlo. Quedé sorprendido por unos viejitos jamaiquinos que destilaban mucha onda. La impresión que tuve fue similar a la que me provocó Compay Segundo y el resto de los Buena Vista Social Club la primera vez que los escuché. Me fue imposible quedarme de brazos cruzados y no indagar más acerca de quiénes eran estos tipos. Así llegué a Great expectation, un álbum de covers de esta banda que toca mento, un estilo jamaiquino anterior al reggae y al ska. Se trata de un disco acústico en el que, además del cover de la excéntrica cantante inglesa, interpretan temas de Lou Reed (Perfect day), Iggy Pop (I´m a Passenger y Nightclubbing), The Doors (Riders of the storm), los Rolling Stones (You can't always get what you want), Steely Dan (Do it again) y New Order (Blue monday). Un album súper cool y muy pilas que no tiene desperdicio.

The Pretty Things – BBC Sessions. Es un gran disco para variar un poco del eje Beatles-Stones al que estamos tan acostumbrados. En los sesenta esta banda fue tan buena como las otras dos. Hacían muy buen rock and roll, pero comercialmente siempre estuvieron opacados por Jagger, Richards, Lennon y cía, especialmente fuera de Inglaterra. De todas maneras, dejaron muchísimos discos y grandes canciones. Este compilado doble de la BBC abarca el período 1964-1975. El sonido es excelente, la interpretación –independientemente de las distintos sesiones- es suprema y la colección de temas se balancea entre covers como Big boss man, Roadrunner y Route 66 con canciones propias como Balloon burning, Onion soup/Another bowl y Summer time.

Ramblin´Jack Elliot – A stranger here. Elliott grabó este disco extraordinario hace dos años. Es su tributo a los grandes maestros del blues: Lonnie Johnson, Blind Lemon Jefferson, Son House, Leroy Carr Mississippi John Hurt y Skip James. Las interpretaciones son fabulosas, bucólicas, polvorientas y cargadas de años de experiencia. Están impregnadas con el sudor que provoca vivir en la ruta. Jack Elliott es una de las leyendas vivas del folk; es el eslabón entre la música de Woody Guthrie y Bob Dylan. Este es uno de los mejores álbumes de blues tradicional de la década. Acústico y despojado de todo maquillaje comercial, es una clase de historia musical genuina para tener siempre a mano.

martes, 15 de febrero de 2011

Anticipo del nuevo disco de Joe Bonamassa


Joe Bonamassa está atravesando el mejor momento de su carrera. El año pasado tuve la suerte de ver uno de sus shows y quedé profundamente impactado por su forma visceral de interpretar el blues. Se trata de un guitarrista extraordinario que no tiene techo. En los últimos cinco años editó un disco detrás de otro -y uno mejor que el otro-: You & me (2006), Sloe gin (2007), Live from Nowhere in Particular (2008), The ballad of John Henry (2009), Live from The Royal Albert Hall (2009) y Black rock (2010), además de Black Country Communion, el súper grupo que formó junto a Glenn Hughes y Jason Bonham. Ahora está con los últimos retoques de su flamante álbum solista: Dust bowl promete ser una nueva andanada de blues power de este guitar slinger que ya dejó de ser una promesa hace rato para convertirse en uno de los máximos exponentes del blues moderno. Dust bowl tendrá 12 canciones, fue producido por Kevin “Caveman” Shirley (el mismo que produjo Black rock) y cuenta con invitados de lujo como Glenn Hughes, John Hiatt y Vince Gill. “Este es el mejor disco que hemos hecho”, dijo Bonamassa en una entrevista. Habrá que creerle. Aquí les dejo el corte de difusión que se llama igual que el disco. Enjoy!!!

viernes, 11 de febrero de 2011

Funky @ Bourbon Street, SP

El Bourbon Street es el mejor bar de música negra de América del Sur. Es un espacio tan amplio como La Trastienda, pero adentro la ambientación trata de recrear a la célebre calle de Nueva Orleans. Hay unos balcones muy pintorescos, dos escenarios, cuadros de músicos colgados de las paredes (Ray Charles, John Hammond, Lonnie Brooks, Marcus Miller, entre tantos otros) y la estrella del lugar está en el centro del salón y adentro de una vitrina: es una Lucille original, que B.B. King regaló en una de sus visitas a San Pablo.

Anoche fuimos con Max, Francine y Paulo a ver el show de Funk como le gusta, una banda demoledora que, como su nombre lo indica, toca puro funky, aunque por momentos lo matizan con un poco de samba, rap y hasta ritmos caribeños. El show duró poco más de dos horas. Lo mejor fue que entre las mesas, y junto al escenario, había un espacio que no tardó en llenarse de gente bailando. Como les gusta a los brasileños moverse y danzar. Me deus!!!!

Tomamos unas cervezas, comimos unos sandwichs y disfrutamos de un recital fantástico que incluyó un duelo de batería y percusión, solos de trompeta, saxo, trombón, una guitarra funky muy caliente y una base rítmica completamente adictiva. El final fue genial y sorprendente: los músicos dejaron el escenario y cuando todos esperábamos que volvieran a escena salieron por la parte de atrás en fila, cruzaron las mesas y llegaron hasta la pista de baile: el baterista y el percusionista, junto con el guitarrista, el bajista y el tecladista tocaban bombos y tambores, mientras que los de la sección de vientos soplaban y soplaban. Hicieron una ronda, con toda la gente alrededor mientras iluminaban con linternas ajustadas a unas vinchas, como las que usan los mineros. El ritmo seguia y nadie quería dejar de bailar.

La música se fue cerca de las dos. Salimos al calor abrazador de la noche paulista todavía sacudiendo el cuerpo por inercia. Atrás quedaron el Bourbon Street, Funk como le gusta y la sana costumbre de los hermanos brasileños de pasarla bien.

lunes, 7 de febrero de 2011

Adiós

Leo con profunda tristeza que Gary Moore murió en un hotel de la ciudad de Málaga. Apenas tenía 58 años, pero dejó un legado inmenso en el mundo de la música, especialmente para los bluseros. Quién no esuchó sus discos a mediados de los noventa. Gary Moore tomó la posta de su compatriota irlandés Rory Gallagher y, gracias al impulso de Stevie Ray Vaughan, logró posicionar su estilo furioso y personal. Todos aquellos que escuchamos blues desde hace casi dos décadas no podemos negar que su influencia fue formidable. Se fue un guitarrista enorme, que más allá de su hit Still got the blues, dejó un puñado de discos magistrales que siguen siendo un buen inicio para los que quieren empezar a escuchar blues.


jueves, 3 de febrero de 2011

Primeros lanzamientos de 2011

Bob Marley - Live Forever. Este álbum doble en vivo, fantástico de comienzo a fin, fue grabado la noche del 23 de septiembre de 1980 en The Stanley Theatre, Pittsburgh. El sello Tuff Gong lo acaba de lanzar para conmemorar el trigésimo aniversario de la muerte de Bob Marley. El sonido es senscional, la banda suena tremenda y Marley parece volar por sobre la melodía de sus canciones. Para los fanáticos de Marley este disco es una reliquia de material “nuevo”. Para los demás es una gran oportunidad de disfrutar del mejor reggae del mundo con temas como No woman no cry, Natural mystic, Redemption song, Could you be loved y Jamming.

Damon Fowler – Devil got his way. Fowler es un violero de la nueva generación. Nació y creció en Florida y en su corta carrera ya compartió escenario con músicos enormes como Johnny Winter, Jeff Beck, Buddy Guy, Robin Trower, Gregg Allman y Jimmie Vaughan. El año pasado escuché y disfruté su primer trabajo, Sugar shack. Ahora acaba de lanzar, también para Blind Pig, Devil got his way. Es un disco de blues movido, alegre y rockeado. Por momentos suena muy sureño, como si los Georgia Satellites trataran de volver a escena materializados en este guitarrista que de a poco va encontrando su lugar en el mundo de la música.

Social Distortion - Hard times and nursery rimes. No se dejen intimidar por el nombre de la banda, que más de uno la debe asociar con el punk. Es cierto, fue un grupo punkie algunos lustros atrás, pero ahora acaban de sacar un disco de rock and roll formidable. Mucha guitarra, riffs fabulosos y coros femeninos que suenan muy stone. La verdad, es un gran álbum. Es cierto que algunos por ahí los encuentren por momentos parecidos a los Offspring, pero eso sólo sería una apreciación momentánea. Mike Ness, cantante, compositor, guitarrista y fundador de la banda, está en muy buena forma y es un tipo para tener en cuenta. Los mejores temas son California (hustle & flow), Machine gun blues, Can’t take it with you y Still alive. Escuchénlo, vale la pena.