“Dejamos el escenario esa noche como siempre lo hacíamos, con el público enfervorizado pidiéndonos más luego de haber presenciado un show único y formidable. Ninguno de nosotros pudo imaginarse que esa sería la última vez”, dijo el bajista Pete Pritchard sobre el recital en el que secundó a Alvin Lee el 28 de mayo de 2012 en el Festival Ribs and Blues, en Raalte, Holanda. Poco menos de un año después, el legendario guitarrista británico murió en España. Este concierto fue su último acto y quedó grabado para la posteridad.
El hecho de que la grabación rescate su última presentación en vivo lo hace muy emocionante. El final de Rip it up, en el bis, representa su epílogo arriba de un escenario. Unos minutos antes había interpretado su clásico de Woodstock, Going home, y como relata Pritchard, la gente estaba en llamas. Entonces sacudió con Rip it up y cuando terminó saludó y dijo: “Muchas a gracias a todos. Rock and roll”.
El fundador de Ten Years After dio un concierto brillante, cargado de energía y pasión, acompañado por Pritchard y Richard Newman en batería. Lee hizo estragos con las seis cuerdas de su Gibson ES 335, con el símbolo de la paz negro contrastando con el rojo furioso de la caja de la guitarra. Tocó más de una docena de temas: además de los ya mencionados con los que cerró el show, se lució con I woke up this morning, I’m writing a letter y I can’t keep from crying sometimes, de Al Kooper. Pero sin dudas lo mejor del disco, particularmente para nosotros los bluseros, son los más de ocho minutos que dura el Slow Blues in C, profundo y descarnado. También es excelente su versión de Love like a man, donde primero hace un interesante solo de armónica y luego simula con su guitarra el sonido futurista de los teclados que en otra época delegaba en Leo Lyons.
El ingeniero de sonido Steve Rispin recordó: “Era una tarde genial. Había unas cinco mil personas expectantes. Fui y encendí los amplificadores y los monitores. Pete y Rich se conectaron y empezaron a tocar. Alvin caminó al centro del escenario y desde la primera nota todos supimos que sería una noche genial”. Claro que en ese momento no sabían que sería la última. Días después, Alvin Lee se sumergió en los estudios para terminar su disco Still on the road to freedom, que se editó en septiembre, y el 6 de marzo de este año murió de manera inesperada, tras una complicación en una cirugía de rutina. Ahora, a más de seis meses de su fallecimiento, su entorno nos regala este testamento musical para recordar a uno de los guitarristas ingleses más extraordinarios de la historia.
5 comentarios:
violerazooooooooooooo
Lo que lo disfrute escuchando a Ten Years After....ha dejado una huella sin igual...RIP!!
Lo que lo disfrute escuchando a Ten Years After....ha dejado una huella sin igual...RIP!!
Cuanto se aprende de tus reseñas Martin, excelente como siempre!
un groso de verdad
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