lunes, 15 de abril de 2013

Un espectáculo lamentable

Fotos de Ignacio Arnedo (Rolling Stone)
Antes que nada quiero aclarar que anoche no fui al show de Chuck Berry en el Luna Park. Lo vi cuando se presentó en Obras en 1993 y ya en aquél entonces me dejó un gusto agridulce en la boca. Recuerdo que el show fue correcto, aunque el viejo Chuck, por entonces de 67 años, pifió varias veces y casi nunca tocó afinado. Pero la banda era aceptable y la emoción de tenerlo en la Argentina por primera vez superó esos detalles que, en definitiva, fueron una constante de su carrera. Eso ocurrió hace 20 años cuando Chuck Berry tenía la edad que hoy rondan los Stones, Clapton y tantos otros rockeros que siguen girando alrededor del mundo.

Hace unos meses, cuando me enteré que venía otra vez, decidí indagar un poco en Internet y me encontré con algunos videos realmente pobres: un hombre senil arriba del escenario e incapaz de tocar de manera decente. Una sombra de lo que fue. Así que decidí no ir. Ayer a la tarde, cuando empecé a ver en Facebook y Twitter los comentarios de la gente que se preparaba para ir a verlo me agarró cierto arrepentimiento, pero ya era tarde: entradas agotadas (se pagaron hasta mil pesos por las mejores ubicaciones) y acreditaciones de prensa limitadísimas.

Lamentablemente, por lo que leí hoy, el show fue patético. Diego Mancusi escribió en la Rolling Stone: “Lo que vimos en el Palacio de los Deportes no puede juzgarse con los parámetros que se usan habitualmente para este tipo de reseñas. No fue un show mediocre, malo, pésimo ni calamitoso. No tuvo errores: fue un error. No fue la esperable pieza de museo en movimiento a la que el rock, mal que mal, ya nos tiene acostumbrados. No fue un viejito ajado haciendo de las suyas. Fue otra cosa. Fue, más bien, un acto siniestro”.

El armonicista Nicolás Smoljan me contó: “En un momento, por ejemplo, empieza a tocar un tema que ya había tocado... la hija se acerca y le dice al oído: ‘Papá ya tocamos esa’. Él le pregunta: ‘¿En serio?’ y para el tema.... y vuelve a comenzar la misma canción. Dio mucha lástima verlo así. El 75% del tiempo, sin exagerar, tocó en otro tono. Una pena total”. El productor Mariano Cardozo fue otro de los que estuvo anoche allí. “No entiendo como suben al escenario al gran Chuck Berry en ese estado: perdido, desorientado, sin acordarse las letras y ni hablar con la guitarra, casi no pegó una sola nota. Es el más grande del rock & roll, pero no deberían quemarlo así”, me dijo.

Por su parte, Fabricio Pedrotti, del sitio www.rock.com.ar, calificó al show como “penoso”, mientras que Jonathan Heguier, de Infonews, lo definió como “sucio y desprolijo”. Ellos, al igual que Mancusi, cargaron las tintas sobre los hijos del viejo Chuck, quienes son los que exponen a su padre a semejante papelón. Y también a los productores locales, cómplices de semejante estafa. Lo curioso fue que la mayoría del público terminó aplaudiendo en vez de silbando, tal vez por un poco de piedad con uno de los pilares del rock& roll.

En marzo de 2010, cuando vi a B.B. King en vivo en el Luna Park escribí una reseña que titulé “La despedida del Rey”. Esa noche me encontré con un B.B. avejentado y cansado, pero que estaba en sus cabales y disfrutando del espectáculo. Si bien estuvo sentado todo el show y tocó poco, al menos cada nota que metió, tenía su sello tradicional. En marzo de 2011, fui a un show de Hubert Sumlin en un bar de Nueva York. El ex guitarrista de Howlin’ Wolf estaba asistido por un tubo de oxigeno. Así y todo, pese a que tocó sólo una hora, lo hizo de manera decente. Tenía ganas de tocar hasta morir y así fue: falleció nueve meses más tarde. También recuerdo el recital de James Brown en el Luna Park 1997: el viejo no estaba en su mejor forma, pero al menos le habían armado un show con una buena banda, un mago y una cantante extraordinaria que suplieron las falencias que la leyenda presentaba. Cuando volvió en 2005 la cosa fue mucho peor y se asemejó a lo de ayer.

En síntesis, hay cosas que se pueden entender: que un músico en sus cabales quiera tocar hasta morir es respetable. Lo que es imperdonable es que lo expongan de una manera vil y cruel, especialmente su propia familia, para alzarse con un puñado de dólares.

8 comentarios:

Roberto Porzio dijo...

cronica de una muerte anunciada ¡¡¡ el dinero amigos es el 1 pecado capital ¡¡¡ pero bueno es chuk berry le chupa un huevo todo , el hombre queire tocarrr sus ultimas canciones qe mas se le puede pedir a los casi 90 años ¡¡¡ como dije antes yo si viene little richads y toca en silla de ruedas y en pañales .voy escucho a wa pan buluba do wap pan bo y listo me voy a casa trankilo ¡¡¡¡

Mariano Agustin D'andrea dijo...

te acordas Darío Perro Gorosito ?? lo vimos en el 2001 y no estaba en optimas condiciones, yo estaba mas que feliz porque es como dice Robert, muchas veces con ver que toquen dos notitas nos alegran el alma, pero por lo que tengo entendidio fue todo un manoseo...en fin...$$$$$$$$$ arruina hasta lo mas hermoso que tenemos que es ese ida y vuelta de emociones entre un artista y su publico (entre tantas otras cosas )..una pena

Alejandro Moreyra dijo...

Ahí leí tu texto, me pasó lo mismo.
No fui y el domingo me fijé si había entradas, pero no caí en la tentación, sabía lo que iba a ver...

Darío Perro Gorosito dijo...

Creo que los que lo vieron esta vez les tocó la peor parte del gran chuck,si Marian ya en 2001 no daba mas,creo también que a sus 86 años ya debería retirarse y vivir en la gloria, una pena como lo castigaron los medios,pero si fue así una pena

Gonzalo Hurtado dijo...

Es como ver a un boxeador que fue noqueador en el final de su carrera, uno siempre espera esa mano que en algun momento lo emociono. Generalmente termina tirado en la lona y uno pensando para que carajo lo hicieron subir.en los vídeos de you tube se ven los shows y pobre no da más.creo que todos sabían el estado en el que esta.el que fue en todo caso se tendría que quejar su la banda era un desastre

Ale dijo...

Sólo vi los videos que hay dando vueltas, y me da mucha tristeza. El desquicio de los productores es infernal, y quisiera saber quiénes fueron los responsables de traerlo y exponerlo así. Al menos de esta manera podemos saber en quién confiar y en quién no.

Lucas Esteva dijo...

Coincido con Roberto Porzio. El show fue duro, pero todos los que fuimos sabíamos lo que íbamos a ver: al Rey Negro del Rocknroll en su despedida. Respeto al que eligió no ir por eso. Y el que pagó $1000 y se decepcionó, o le sobra la plata o es medio corto. Los medios critican, está bien todos lo hacemos (por ej. "Sotano a go- go", la banda soporte de Berry ignora por completo la noción del "swing" en el rock -insoportable karma argentino- mientras que el viejo Chuck pifió permanentemente pero JAMÁS se fue de ritmo) y me parece acertado pegarle al show business y su falta de escrúpulos, pero pienso que algunas críticas son un tanto despiadadas por pegarle a Chuck. Yo sentí pena y ternura al verlo. Esta demasiado expuesto a su edad y es polémico (Madonna y Jagger no?), pero Chuck toda su vida fue un cabrón y si quiere irse de gira como lo parás? Sus hijos lo asistieron, mal o bien pero ahí estaban. La banda recibió críticas pero hay que seguir a un viejito senil arriba del escenario...En fin, LA GUITARRA NO SE MANCHA. Saludos y felicitaciones por el blog.

AntonioR dijo...

Peor fue lo mío, hacer tres años me quedé de piedra cuando, después de haberme hecho 400 km para verlo, no se presentó al show y sin explicaciones algunas. Ahora tengo entradas para un concierto de Johnny Winter y espero que responda mejor. Siempre hay que tener un respeto por los mayores, se lo merecen ya nos lo dieron todo; pero son los organizadores de los eventos los que tienen que dar garantías. Saludos amigo.