El boom del revival blusero sesentoso perdió un poco de fuerza en los setenta, una década que se caracterizó por la fusión de sonidos y géneros y por una importante expansión comercial. Así, el blues-rock, el funky y el jazz se fueron mezclando y combinando, lo que dio como resultado discos y bandas muy interesantes. Pero el blues siguió su camino, tal vez de manera menos estridente que antes pero con picos altísimos de interpretación y composición. Así, aparecieron nuevos músicos y otros pudieron mantenerse y seguir en la ruta. Aquí diez discos muy representativos de la época.
Otis Rush – Right place, wrong time. Otis Rush no tuvo suerte con las discográficas y por eso grabó mucho menos de lo que hubiera debido. De todos modos, hay algunos discos suyos que son magistrales y éste es uno. Otis es un tipo que flexibiliza las estructuras, los ritmos y los riffs y un ejemplo de eso son sus versiones de Tore up, Three times a fool y Natural ball. Otro tema impecable y conmovedor del álbum es el cover del clásico de Tony Joe White, Rainy night in Georgia. Right place, wrong time fue grabado en 1971 pero recién vio la luz en 1976.
Freddie King – Texas Cannonball. No sé si éste sea el mejor disco de Freddie King, pero ciertamente es muy bueno y aquellos que estén empezando a escuchar blues lo van a saber valorar. Primero porque es un poquito más rockeado (hay covers de Bill Withers, Creedence, Isaac Hayes, Leon Russell, Howlin’ Wolf y Elmore James) y segundo porque está en línea con sus otros discos para el sello Shelter, que combinaron el blues de Chicago con el de Texas y una pizca de soul. Texas Cannoball se grabó entre el 2 y el 27 de febrero de 1972 y la guitarra y la voz de King suenan maravillosas.
Roy Buchanan – Second album. Este fue el primer disco que escuché de Roy Buchanan. Recuerdo todavía hoy, con mucha claridad, la sensación extraordinaria que me causó. Quedé como en trance tratando de entender como alguien era capaz de sacarle esos sonidos a una guitarra. Luego me enteré de su trágica muerte y con el tiempo recopilé casi toda su discografía. Second album fue grabado en 1974 para el sello Polydor. Les aseguro que no van a encontrar un guitarrista como él en ningún lado.
Hound Dog Taylor & The Houserockers - Hound Dog Taylor & The Houserockers. El primer disco de este maestro del slide es un buen lugar para empezar a escuchar su música. Fue grabado en 1971 y editado poco después por el sello Alligator. Su estilo es crudo, salvaje y feroz. Taylor logró armar un súper trío a su medida: Brewer Phillips y Ted Harvey fueron el combustible de su potencia arrolladora. Un disco clave para conocer la genuine houserocking music.
Rory Gallagher - Irish Tour. Y entonces apareció este irlandés, un verdadero virtuoso de las seis cuerdas que supo combinar el blues, el rock y ritmos folclóricos de su tierra. En 1974, Gallagher emprendió una gira por las dos Irlandas, algo poco frecuente por entonces. Estas grabaciones corresponden a los shows que dio en Belfast, Dublín y Cork. La mayoría de los temas que interpreta son de su autoría, aunque hay covers de Muddy Waters (I wonder who), Tony Joe White (As the crow flows) y J.B. Hutto (Too much alcohol). ¡Imprescindible!
Luther Allison – Love me papa. Si bien nació en Arkansas y vivió mucho tiempo en París, Luther Allison es otro músico de las entrañas del West Side de Chicago. En los setenta editó varios discos: unos excelentes y otros muy malos. Love me papa está entre los primeros. Fue grabado para el sello francés Black and Blue en 1977 y hay algunos solos que son impresionantes. Los temas son casi todos clásicos: Blues with a feeling, Key to the highway y Standing at the crossroads, entre otros.
B.B. King – Live at Cook County Jail. Este disco, de 1971, me gusta más que Live at The Regal, aunque el otro esté considerado como su mejor álbum de la historia. Una de las razones por las que me encanta Live at Cook County Jail es por el rol que juega la audiencia: son todos presos a los que se escucha felices de estar viendo al Rey del Blues. Además, la versión de The thrill is gone es de antología, ¡cómo toca por favor! Y por último el sonido -un poquito- más rockeado que le imprime a grandes temas como Everyday I have the blues y How blue can you get?
Johnny Winter – Nothin’ but the blues. Ya lo dice el título: luego de varios años en los que se balanceó entre el rock and roll y la heroína, el albino comenzó una relación musical nada más y nada menos que con Muddy Waters. Además de tocar y producir sus discos de fines de los setenta (y comienzos de los ochenta) invitó al padre del blues de Chicago a participar de su regreso a la música de su alma. Además de Muddy Waters tocan junto a él James Cotton, Bob Margolin, Willy “Big Eyes” Smith y Pinetop Perkins.
Buddy Guy & Junior Wells – Play the blues. Este álbum tuvo muchos problemas desde el comienzo: hubo cuatro productores y un parate por cuestiones financieras del sello Atlantic que casi lo congela. Eso generó que se tuviera que grabar en dos sesiones con dos años de diferencia. En la primera sesión, en 1970, participaron A.C. Reed, Dr. John y Eric Clapton, quien estaba en la cumbre de su carrera con su mega hit Layla. El disco lo completaron en 1972 junto a la J. Geils Band y sin la participación de Junior Wells. Pese a todo eso es un álbum formidable con grandes versiones de A man of many words, T-Bone shuffle y Messin’ with the kid.
The Fabulous Thunderbirds - The Fabulous Thunderbirds. Más allá del error de impresión de la tapa, la foto de Jimmie Vaughan figura con el nombre de Keith Ferguson y viceversa, el disco debut de la banda –editado por el sello Chrysalis Records en 1979- es una joya del blues y el shuffle texano, que le enseñó el camino a cientos de bandas de esa región que surgieron después.
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