viernes, 19 de abril de 2013

Los Fabulosos Soulbirds

Los Fabulous Thunderbirds tienen más de 35 años en la ruta. Claro que de aquella formación inicial, que incluía a Kim Wilson, Jimmie Vaughan, Keith Ferguson y Mike Buck, sólo queda el primero. En todo este tiempo, cambios mediante, la banda grabó discos muy buenos y se consolidó como un referente ineludible del blues texano. En los 80, además, llegaron al Top Ten de Billboard y a MTV gracias al hit Tuff enuff. Hoy, lejos del shuffle soberano de los comienzos y del éxito ochentoso, los Thunderbirds siguen en la ruta, aunque en un sentido distinto.

Kim Wilson y compañía acaban de lanzar On the verge, un disco marcado por una fuerte influencia soulera. Hay retazos del sello Stax, de los Staples Singers y algo de R&B. La voz de Wilson suena inmaculada, tal vez en uno de sus mejores momentos. Pero no hay tanta armónica como uno podría esperar de un maestro como él.

El álbum, el primero de estudio en ocho años, por momentos suena bien como si el soul y el R&B fueran materia aprobada de la banda. Pero en otros pasajes parece caer en lugares comunes del género. De todas maneras, además del cantante, se destaca el juego de guitarras de Johnny Moeller y Mike Keller, que alternan riffs con punzantes solos que van desde el frenesí del wah wah hasta refinados toques jazzeros.

La mayoría de los diez temas fueron compuestos por Kim Wilson, a excepción de un par que fueron escritos por el productor Steve Gomes, quien ya trabajó con músicos como Darrell Nulisch, Tad Robinson y Steve Guyger. El resto de la banda la conforman Randy Bermudes en bajo y Jay Moeller en batería, más una sección de vientos invitada: Kenny Rittenhouse (trompeta y arreglos), Liesl Whitaker (trompeta), Morgan Price (saxo) y Victor Barranco (trombón).

La constante soulera y los riffs funky marcan a fuego el álbum editado por Severn Records. Una de las excepciones es That’s the way we roll en la que Wilson canta con la voz distorsionada por el mic de la armónica y sopla con una furia demoníaca.

"El desafío era adoptar un estilo más contemporáneo. Y los muchachos eran capaces de hacerlo. Somos una American band y tenemos mucha más energía que antes, por eso incorporamos una mezcla de diferentes estilos", explicó Wilson en una entrevista. Con todo, el disco tal vez no sea lo que esperaban los fans de siempre de la banda, pero tampoco es un álbum para dejar pasar. El alma de Kim Wilson está expuesta... ahora hay que sentarse a escucharlo cantar.


3 comentarios:

Nico Smoljan dijo...

upaaa no lo escuche todavia

Dario Soto dijo...

es un discazoooo!! Kevin Anker, el pianista y productor también estuvo en la composición de algunos temas. abrazoo!!

Agustin Roca dijo...


Buena Martin. gracias!