La historia del blues está plagada de discos en los que dos o tres músicos comparten cartel. Lo hicieron Muddy Waters, Howlin’ Wolf y Bo Diddley en los 60; Mike Bloomfield, Dr. John y John Hammond en los 70; y más acá B.B. King con Eric Clapton o Joe Bonamassa con Beth Hart, entre tantos otros. Esa tendencia sigue y ahora acaban de editarse dos discos en los que cuatro músicos de fuste suman esfuerzos en nombre del buen blues.
Duke Robillard & Monster Mike Welch – Independently blue. Robillard y Welch son dos guitarristas de diferentes generaciones atravesados por la misma pasión. El currículum de Robillard, quien vino a la Argentina en un par de ocasiones, es impresionante: integró dos bandas emblemáticas -Roomful of Blues y los Fabuluos Thunderbirds- y grabó junto a Bob Dylan, Herb Ellis y Ronnie Earl, además de tener una extensa carrera solista. Mike Welch, quien se ganó el apodo de Monstruo, por la ferocidad que demostró con las seis cuerdas desde que era adolescente, editó varios discos propios y se consolidó como violero de Sugar Ray Norcia. Ahora, ambos conjugan sus experiencias y talentos en este álbum endemonidado, con temas propios, más un par de aportes de Al Basile. Acompañados por Bruce Bears (teclados), Brad Hallen (bajo) y Mark Teixeira (batería), y ocasionalmente por una sección de vientos, los guitarristas ensayan varias combinaciones que aportan novedosas interpretaciones del blues eléctrico moderno y también del jump blues, el sonido de Memphis y el blues rock.
John Primer & Bob Corritore – Knockin’ around the blues. A diferencia del album anterior, aquí prevalece exclusivamente el sonido de Chicago. Primer es uno de los herederos de Muddy Waters y también de Magic Slim. Con el correr de los años alcanzó un destacado status profesional y un amplio reconocimiento de la comunidad blusera mundial. Es un guitarrista soberbio y un gran cantante. Aquí fusiona su carisma como líder junto al armonicista Bob Corritore, oriundo de Arizona y amigo y bandmate de muchos popes del blues. Ambos encaran una serie de clásicos como Blue and lonesome, Little boy blue y Going back home. Más allá de la buena sinergia que hay entre ambos, es imprescindible mencionar al resto de los músicos que los acompañan: Billy Flynn y Chris James alternan las guitarras rítmicas; Bob Stroger y Patrick Rynn se reparten el bajo; y Kenny Smith y Brain Fahey son los encargados de las baterías. El piano, en cambio, está monopolizado por Barrelhouse Chuck. Knockin’ around the blues no aporta nada nuevo, pero eso no es lo importante aquí, sino que apunta a la preservación de lo más auténtico del blues.
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