jueves, 23 de agosto de 2012

Más y mejores blues

Lurrie Bell tocó en La Trastienda por tercer año consecutivo. Y paso lo que nunca antes había pasado en un show de blues: mientras Lurrie cerraba con una acelerada y caliente versión de Hideway, abajo del escenario unas 30 personas casi inauguran la era del pogo en el blues. Fue una noche tremenda, en la que Lurrie estuvo completamente encendido. Su Gibson USA parecía un lanzallamas endemoniado y la banda sonó muy ajustada. Después de este show no hay dudas de que Lurrie es un referente indiscutido para toda una generación de bluseros argentinos.

La noche empezó de manera especial. Florencia Andrada y su banda impusieron un sonido soul setentoso y con mucha personalidad. Once músicos en escena –dos guitarras, tres caños, dos coristas, teclado, bajo y batería, más ella- hicieron por primera vez ”una Trastienda” con mucha soltura y buena música. En media hora tocaron cuatro temas propios, del disco que acaban de terminar de grabar y que saldrá dentro de un par de meses. Cerraron con People get ready, el clásico de Curtis Mayfield.

Cuando se corrió el telón, Roberto Porzio (guitarra), Gustavo “Bohemio” Rubinsztein (bajo), Walter Galeazzi (teclados) y Gabriel Cabiaglia (batería) comenzaron a tocar un blues instrumental para darle la bienvenida a Lurrie. Ese blues se convirtió en el shuffle adecuado para la presentación y Roberto animó al público: “¿Están listos para Lurrie Bell? ¡Está mejor que nunca!”. La respuesta fue un “sí” unánime. Y Lurrie apareció en escena con su guitarra a cuestas y casi la misma ropa que el año pasado. Se sumó al shuffle para entrar en calor y la zapada se extendió por casi diez minutos. Después bajó los decibeles y nos llevó a todos hacia el Tin Pan Alley, ese lugar duro donde la gente mata por un trago de whisky, gin o vino. Siguió con Pretty baby, un tema de su padre Carey Bell, y She’s nineteen years old, de Muddy Waters. En cada uno de esos temas el pulgar de su mano derecha arremetió contra las cuerdas de su guitarra y sacó unos solos tan intensos como su propia historia.

Hizo un puñado de clásicos más, I need you so bad y Cold, cold feeling, los dos bien extensos, donde dejó que Roberto y Walter tuvieran sus minutos para mostrarse: y ellos lo aprovecharon con unos solos bien sentidos. Después invitó al escenario al guitarrista Alambre González para los últimos dos temas y el bis: Big legged woman, Messin’ with the kid y Hideway. Fue una noche ardiente, en la que Lurrie Bell, heredero del sonido más tradicional de Chicago y portador de la esencia misma del blues, dejó en claro que de aquí en más sólo tendrá más y mejores blues para dar.




Reseña del show de 2011

Reseña del show de 2010

5 comentarios:

Luis Mielniczuk dijo...

muy buena...gran descripcion

Agustín Roca dijo...

capo

Roberto Porzio dijo...

tterrible shou

Baires Blues dijo...

Gracias por el Reporte Martin, fue uno d elos mejores shows de Blues en Aargentina, nunca visto antes el Pogo al final. Un abrazo y gracias.

Anónimo dijo...

Excelente show. Uno sabe que cuando va a ver a Lurrie seguro se lleva un gran show a cuestas.
Un abrazo.
Fernando