La gacetilla de prensa define a Colores primarios como “un original viaje por la transversalidad ideológica y estética del blues”. Me gusta esa definición. Es suntuosa y cautivante. Pero a veces las palabras quedan pequeñas o inocuas ante la magia de la música. Leo Caruso logró un álbum de una profundidad exquisita con interpretaciones realmente superlativas.
Colores primarios empezó a gestarse en el desolador 2001 y está inspirado, según las palabras del autor, en la vida y la obra del artista Piet Mondrian. “El blues es un sistema (una geometría perfecta) de tres acordes básicos (tres colores) moviéndose en una estructura de doce compases. Y tiene un código universal, por el cual varios desconocidos entre sí pueden interpretarlo juntos, sin ensayo previo”, escribió Caruso.
El álbum está conformado por temas que se mecen entre el jazz y el blues de los 40 y los 50, pero también en versiones innovadoras de algunos clásicos del rock. Comienza con Baby, baby all the time, un tema de Bobby Troup que tocaron desde Nat King Cole y Oscar Peterson hasta Diana Krall y Shirley Horn. El piano de Caruso suena desenvuelto y relajado, y su voz austera acompaña con un notable sentimiento. Luego se sumerge en el maravilloso mundo de Gershwin para una fabulosa interpretación de Summertime, que comienza con un diálogo entre su piano y el contrabajo de Pablo Leone.
Blue and sentimental, de Count Basie, tiene el aporte de la deliciosa armónica de Matías Fernández y un ritmo que describe una noche cargada de soledad. The same blue rain es uno de los dos temas propios del disco –el otro es Perseguidor- en el que el pianista muestra toda su creatividad compositiva. Su pasión por los Beatles queda de manifiesto con los covers de a A hard day’s night, con el tinte blusero de su letra como él lo define, y For no one.
La versión de Avellaneda blues es extraordinaria. El trío se ve reforzado por la guitarra del 33,3% de Manal, Claudio Gabis, la voz de Alfredo Piro y el bandoneón de Luis Vázquez y logran confluir en el punto exacto en el que el blues se mimetiza con el tango. En sus palabras: “Resuena como un aguafuerte a dúo entre Quinquela Martín y Roberto Arlt”.
Además de los ya mencionados, el disco tiene otros invitados: Juan Cruz de Urquiza aporta su trompeta en dos temas y Daniel Raffo le suma guitarra de blues a Perseguidor, tema en el que, al igual que Evenin’, se suma una delicada sección de cuerdas. La rítmica que conforma el denominado Blues-Jazz trío Club Mondrian varía según el tema. Si bien Leone es el único dueño del contrabajo, la batería se la reparten entre Gabriel Cabiaglia, Pato Raffo y Demián González Premezzi.
Caruso resume con mucha personalidad las influencias de grandes maestros del piano. A sus dotes como intérprete le suma una capacidad distinguida como arreglador y es por eso que Colores primarios es uno de esos discos esenciales que no hay que dejar pasar. Se disfruta de principio a fin y deja con ganas de escuchar mucho más.
4 comentarios:
exquisito lo de Leo
discazo
excelente inspiración..!
Cool!
Mario Fontela
Publicar un comentario