viernes, 27 de diciembre de 2013

Un año de grandes shows internacionales

El año blusero que se fue tuvo visitas internacionales de primer nivel. Como pasó en 2012, hubo para todos los gustos: desde el blues más crudo del Delta hasta el blues-rock más potente, pasando por el sonido de Chicago y algunas pinceladas souleras. El 2013 nos regaló grandes recitales, aunque hubo un par para el olvido.

Corey Harris (foto Néstor López)
El primer show internacional del año fue el Festival de Blues de Verano, organizado por Gondwana producciones, y estuvo enfocado en el country blues. El listado de artistas locales lo encabezaron Gabriel Grätzer, Goyo, Víctor Hamudis y la Tana Spinelli, mientras que las visitas tuvieron su particularidad. La sorpresa fue el francés Cisco Herzhaft , un hombre y su guitarra, de Bordeaux al Mississippi, y una nueva demostración de que el blues no tiene fronteras. Los colombianos The Big Bones también hicieron su debut sobre el escenario de La Trastienda y dejaron una buena imagen. La segunda fecha del festival tuvo al brasileño Jefferson Gonçalves, respaldado por la banda de Nico Smoljan, como telonero de una de las visitas más importantes del año: Corey Harris dio una verdadera lección de country blues: interpretó temas de Skip James, Son House, Charley Patton y Blind Blake. Su show fue la expresión más pura del blues de raíces.

Pocos días después, Adrián Flores trajo a Rip Lee Pryor y Dave Riley, quien suplió a último momento a Marquise Knox, que no pudo venir a la Argentina y Brasil por problemas de visado. Ambos convirtieron Mr. Jones en un verdadero juke joint del Mississippi. También tocaron en La Plata y en el Festival de Blues de Traslasierra.

Artur Menezes (foto Edy Rodríguez)
En febrero y abril hubo dos eventos denominados Blues Guitar Experience, que mezclaron a violeros locales con músicos de países limítrofes. Así, el brasileño Solon Fishbone, de notable técnica y gran espíritu, compartió el escenario de República de Acá con Max Hracek, Nicolás Yudchak y Roberto Porzio; mientras que su compatriota Artur Menezes y el chileno Felipe Ruf hicieron lo propio en el Teatro del Viejo Mercado junto a Ricky Muñoz, Matías Cipilliano, Daniel Raffo y Hracek. En medio de esos dos shows, el 6 de marzo y gracias al esfuerzo de la productora Mariela Bonzi, el cantante y armoniquista Tad Robinson desplegó su mix de soul y blues en Boris, acompañado por Darío Soto y su banda, Soulville, en el marco de una gira que también incluyó conciertos en un par de ciudades patagónicas.

Abril fue un mes que unió al futuro con el pasado. Gary Clark Jr. se presentó en el Teatro Vorterix y dio un recital potente en el que mostró todo su virtuosismo. Pocos días después asistimos a uno de los shows más vergonzosos que se puedan recordar. Lo de Chuck Berry en el Luna Park fue una verdadera estafa, no sólo para los que pagaron la entrada, sino para la memoria de uno de los pioneros del rock del rock and roll. El viejo Chuck no está para salir de gira, su mente y su físico no se lo permiten, pero un grupo de vividores, entre los que se encuentran sus hijos, lo someten al papelón en distintas partes del mundo por un puñado de dólares.

Por suerte, para sacar ese mal trago, dos semanas más tarde se concretó la tercera visita de Chris Cain. Otra vez el guitarrista californiano hizo estallar de júbilo a La Trastienda con su sensibilidad y talento. Ese fue el primer show organizado por Baires Blues, la productora de Mariano Cardozo que tuvo un año con mucho trabajo.

Lurrie Bell
En julio, y también en La Trastienda, se presentó por tercera vez el legendario James Cotton. Lo hizo con toda su banda –Tom Holland, Noel Neal, Jerry Porter y Darrell Nulisch- pero el recital no fue el deseado. Al viejo maestro se lo vio cansado y fastidioso. No se sintió cómodo con el sonido y menos con las armónicas que se había comprado ese día. Para muchos fue una desilusión, aunque otros rescataron al menos haberlo visto por primera vez y de cerca. Una semana después el blues de Chicago tuvo su gran revancha. Lurrie Bell hizo lo que mejor sabe hacer: prender fuego los lugares en los que toca. Enloqueció al público que una vez más copó La Trastienda para verlo. Esta vez con un plus: la presencia de Eddie Taylor Jr. como telonero y luego como partenaire.
Joe Bonamassa

A mediados de agosto hubo una confluencia de amantes del blues y del rock progresivo en el Luna Park, con la segunda visita de Joe Bonamassa. El tremendo guitarrista pasó del Teatro Coliseo en 2012 al mítico estadio céntrico sin escalas. Lo suyo fue arrollador y espectacular. Un show vibrante que nos dejó a todos en estado de shock.

Un mes después el blues más puro de Chicago regresó a La Trastienda. Esta vez el artista fue John Primer y la productora, MGB. Como suele hacerlo cada vez que viene, Primer dejó en claro que es uno de los músicos que mejor conserva la tradición, en su caso respetando el legado de sus mentores: Muddy Waters y Magic Slim. La misma productora tenía planeado traer a Eddie Shaw, pero finalmente la gira se canceló.

Claudio Gabis
En octubre y noviembre, Claudio Gabis (ex Manal) vino de España, donde está radicado desde hace décadas, para realizar el concierto más federal de toda su carrera. Se presentó en varias provincias y en Capital dio shows en el Colón y The Roxy, así como también algunas fechas en Mr. Jones. Hablando del bar de Ramos, en octubre y noviembre festejó su décimo aniversario y, además de Gabis, se presentaron artistas internacionales como J.C. Smith, Kenny Brown y el brasileño Big Chico. El cierre de la celebración fue a lo grande con el show de otros dos popes de Chicago: James Wheeler y Bob Stroger.

Eddy Clearwater
A fines de noviembre también se llevó a cabo la segunda edición del Buenos Aires Blues Festival, organizado por Baires Blues. Fueron dos noches a puro blues en La Trastienda. En la primera se lució el pianista Kenny “Blues Boss” Wayne y en la segunda otra leyenda de la Ciudad del Viento, el gran Eddy “The Chief” Clearwater, quien también dio una lección de blues del west side en el Maldito Blues Club de La Plata. Otro músico que tuvo su paso por suelo argentino, aunque no pisó la Capital, fue Vasti Jackson: se presentó en el Festival de Pergamino y dio un show en Salto. Por último, el armonicista español Quique Gómez vino junto al talentoso José Luis Pardo para una minigira patagónica.

Así se fue un gran año para el blues local. Decenas de músicos argentinos interactuaron con figuras internacionales y el público pudo disfrutar de una amplia gama de shows. Ojalá que 2014 tenga la misma intensidad. Por lo pronto, a mediados de marzo ya está confirmado el regreso de Jimmy Burns, que para empezar está demasiado bien.

2 comentarios:

Daniel Chusit dijo...


Muy bueno, Martín! Abrazo

Fernando dijo...

y estuvo bueno el de Rip Lee Pryor y Dave Riley en Mr. Jones?