domingo, 25 de mayo de 2014

Un idilio que crece


Qué difícil se les va a hacer a Mariano Cardozo y a Rafa Nasta si el año que viene no lo traen de nuevo. Es notable lo que sucede aquí con Chris Cain. Hace tres años, cuando vino por primera vez, eran muy pocos los que lo conocían. Pero la insistencia de Nasta convenció a Cardozo de traerlo y con el primer show empezó el idilio de este extraordinario hombre con el público porteño.

Lo que pasa con Chris Cain se puede explicar en dos sentidos. En lo estrictamente musical el tipo no falla. Tiene un sonido de guitarra limpio y cada vez que se zambulle en un solo bucea hasta lo más profundo de su ser. Se entrega en un 100 % desde el primer acorde hasta el último. Con la guitarra suena más a Albert que a B.B. King, pero cuando canta se percibe más a B.B. que a Albert. Al margen de esas dos súper influencias, Cain desarrolló su propio estilo. Ya lo dijo Robben Ford hace unos años: “Chris es uno de los mejores bluesmen que tenemos hoy”. El otro costado de Chris Cain es el humano. Arriba y abajo del escenario es una persona sensible, amable y agradecida. Es capaz de emocionarse hasta las lágrimas cuando lo aplauden y, según los músicos que lo acompañaron ayer en La Trastienda, tiene un espíritu enorme.

El rol de la banda también es clave para que el romance entre el californiano y la gente crezca en intensidad. Por cuarta vez consecutiva, estuvo acompañado por Nasta Súper. Gabriel Cabiaglia y Mauro Ceriello son una aplanadora de swing, entienden todos los cambios que plantea el maestro y marcan el ritmo con autoridad y prestancia. Rafa Nasta y Walter Galeazzi son los andamios donde se construye la magia de Cain, quien a su vez les da rienda suelta en más de una ocasión para que se expresen con sus solos.

El show empezó con Nasta Súper calentando motores con un shuffle instrumental. El maestro apareció en escena con su Gibson 339 y se metió de lleno en Something’s got to give. A diferencia de sus shows anteriores, esta vez abrió las puertas del escenario a algunos invitados. Mariano Cardozo y Fisu lo acompañaron con sus saxos en Born under a bad sign y The thrill is gone. Uno de los puntos más altos de la noche lo protagonizó Mariano Massolo, quien esperó la fabulosa intro de Chris en la balada Idle moments para sacar los sonidos más maravillosos de su armónica. El otro invitado fue Alambre González, quien reemplazó en la segunda guitarra a Rafa Nasta en Good evening baby. Chris Cain también tuvo su momento de soledad al piano, en el que mostró una exquisita combinación de Sunnyland Slim y Charles Brown. El plus de anoche fue el sonido excelentemente trabajado desde la consola por Daniel De Vita.

Gintonics (Foto: Mecha Frías)
La gran velada tuvo un comienzo prometedor. El debut de Gintonics sobre el escenario de La Trastienda marcó un nuevo logro de la Escuela de Blues y le permitió a mucha gente entrar en contacto con una exquisita y prolija banda. An Díaz (voz) María Heer (guitarra), Anahí Fabiani (teclados), Florencia Rodríguez (bajo) y Rodrigo Benbassat (batería) desplegaron su combo de blues y soul con mucha naturalidad y soltura. El repertorio incluyó Don’t pass me by, de Sean Costello, I ain’t got you, de Jimmy Reed, y otras lindas canciones como 99 & a half y I’m holding on. Dos cosas hay que resaltar de la presentación de Gintonics. La primera es la parábola de María Heer, quien hace tres años empezaba a tomar clases con Rafa Nasta, en paralelo con la primera visita de Chris Cain, a quien admira, y ahora terminó abriendo el show y recibiendo la buena onda y las felicitaciones de sus maestros. Y la segunda fue el momento inolvidable que vivió An Díaz, quien después de lucirse al frente de la banda terminó cantando con mucha energía Kansas City en el bis de Cain, luego de que el guitarrista la fuera a buscar al backstage y literalmente la arrastrara al centro del escenario.

El final fue un calco de los shows anteriores. Decenas de personas estrechando la mano del artista, pidiéndole más. Todos emocionados y agradecidos. Eso se trasladó a la puerta de La Trastienda, donde hubo escenas de cariño interminables. Y así, una vez más, cada show de Crhis Cain que termina abre la puerta del próximo. Será cuestión de esperar.

13 comentarios:

Maria Heer dijo...


Gracias Martin!!! muy buena reseña. Gran noche

Florencia Andrada dijo...


genial !!!!!

Roberto Porzio dijo...

HASTA AHORA EL MEJOR SHOU DEL AÑO ¡¡

Darío Perro Gorosito dijo...

Muy Bien descripto Martín!!! Cada año mejora!!!

Nacho Ladisa dijo...


No pude asistir!! Parece que fue una noche memorable..!!

An Díaz dijo...

Gracias, Martín!!

Rodrigo Benbassat dijo...


Gracias Martin!, fue una gran noche para nosotros. Muy buena síntesis del show. Fue una fiesta!.

Unknown dijo...

No Podrías Haber Descrito Mejor La Fiesta Que Se Vivió Con Gintonics Y Chris Cain!!!

Marcos Lenn dijo...

Claro Martin!!! Fue una noche completa loco...!! Grande Mariano!!! Muchos amigos, Gin Tonics espectaculares y Nasta Super increibles, Massolo y Alambre impecables!!! Chris Cain...terrrrrible....pero para mi lo mejor además es que son todos músicos argentinos...

Rafael Nasta dijo...

Gracias Martin!!! muy buena tu critica y fue un noche inolvidable!!!

MARIO RENNA dijo...

Simplemente un espectador que fue solo con algunas referencias y terminé totalmente extasiado de blues con un excelente bluesman y una banda con el soporte exacto para todo sliera perfecto.
Agradezco a los músicos por el gratísimo momento y al amigo que me insistió...

Carlos Rodriguez dijo...

Excelente crìtica. Siempre opino lo mismo, y es la tercera vez que lo voy a ver: Chris no necesita "previa" de dos o tres temas, como muchos, para entrar en calor. Sube al escenario y ya està en llamas. Y la calidez y humildad nos contagia a todos, el Nasta, un orgullo para el blues argento no fue la excepciòn al compartir su guitarra y el show con el gran Alambre. Por mì, podrìa venir cada seis meses!!!

José Martín Azpiazu dijo...

Excelente tu nota Martín!Gracias!!!un gran Abrazo!!!