Qué difícil se les va a hacer a Mariano Cardozo y a Rafa Nasta si el año que viene no lo traen de nuevo. Es notable lo que sucede aquí con Chris Cain. Hace tres años, cuando vino por primera vez, eran muy pocos los que lo conocían. Pero la insistencia de Nasta convenció a Cardozo de traerlo y con el primer show empezó el idilio de este extraordinario hombre con el público porteño.
Lo que pasa con Chris Cain se puede explicar en dos sentidos. En lo estrictamente musical el tipo no falla. Tiene un sonido de guitarra limpio y cada vez que se zambulle en un solo bucea hasta lo más profundo de su ser. Se entrega en un 100 % desde el primer acorde hasta el último. Con la guitarra suena más a Albert que a B.B. King, pero cuando canta se percibe más a B.B. que a Albert. Al margen de esas dos súper influencias, Cain desarrolló su propio estilo. Ya lo dijo Robben Ford hace unos años: “Chris es uno de los mejores bluesmen que tenemos hoy”. El otro costado de Chris Cain es el humano. Arriba y abajo del escenario es una persona sensible, amable y agradecida. Es capaz de emocionarse hasta las lágrimas cuando lo aplauden y, según los músicos que lo acompañaron ayer en La Trastienda, tiene un espíritu enorme.
El rol de la banda también es clave para que el romance entre el californiano y la gente crezca en intensidad. Por cuarta vez consecutiva, estuvo acompañado por Nasta Súper. Gabriel Cabiaglia y Mauro Ceriello son una aplanadora de swing, entienden todos los cambios que plantea el maestro y marcan el ritmo con autoridad y prestancia. Rafa Nasta y Walter Galeazzi son los andamios donde se construye la magia de Cain, quien a su vez les da rienda suelta en más de una ocasión para que se expresen con sus solos.
El show empezó con Nasta Súper calentando motores con un shuffle instrumental. El maestro apareció en escena con su Gibson 339 y se metió de lleno en Something’s got to give. A diferencia de sus shows anteriores, esta vez abrió las puertas del escenario a algunos invitados. Mariano Cardozo y Fisu lo acompañaron con sus saxos en Born under a bad sign y The thrill is gone. Uno de los puntos más altos de la noche lo protagonizó Mariano Massolo, quien esperó la fabulosa intro de Chris en la balada Idle moments para sacar los sonidos más maravillosos de su armónica. El otro invitado fue Alambre González, quien reemplazó en la segunda guitarra a Rafa Nasta en Good evening baby. Chris Cain también tuvo su momento de soledad al piano, en el que mostró una exquisita combinación de Sunnyland Slim y Charles Brown. El plus de anoche fue el sonido excelentemente trabajado desde la consola por Daniel De Vita.
Gintonics (Foto: Mecha Frías) |
El final fue un calco de los shows anteriores. Decenas de personas estrechando la mano del artista, pidiéndole más. Todos emocionados y agradecidos. Eso se trasladó a la puerta de La Trastienda, donde hubo escenas de cariño interminables. Y así, una vez más, cada show de Crhis Cain que termina abre la puerta del próximo. Será cuestión de esperar.
13 comentarios:
Gracias Martin!!! muy buena reseña. Gran noche
genial !!!!!
HASTA AHORA EL MEJOR SHOU DEL AÑO ¡¡
Muy Bien descripto Martín!!! Cada año mejora!!!
No pude asistir!! Parece que fue una noche memorable..!!
Gracias, Martín!!
Gracias Martin!, fue una gran noche para nosotros. Muy buena síntesis del show. Fue una fiesta!.
No Podrías Haber Descrito Mejor La Fiesta Que Se Vivió Con Gintonics Y Chris Cain!!!
Claro Martin!!! Fue una noche completa loco...!! Grande Mariano!!! Muchos amigos, Gin Tonics espectaculares y Nasta Super increibles, Massolo y Alambre impecables!!! Chris Cain...terrrrrible....pero para mi lo mejor además es que son todos músicos argentinos...
Gracias Martin!!! muy buena tu critica y fue un noche inolvidable!!!
Simplemente un espectador que fue solo con algunas referencias y terminé totalmente extasiado de blues con un excelente bluesman y una banda con el soporte exacto para todo sliera perfecto.
Agradezco a los músicos por el gratísimo momento y al amigo que me insistió...
Excelente crìtica. Siempre opino lo mismo, y es la tercera vez que lo voy a ver: Chris no necesita "previa" de dos o tres temas, como muchos, para entrar en calor. Sube al escenario y ya està en llamas. Y la calidez y humildad nos contagia a todos, el Nasta, un orgullo para el blues argento no fue la excepciòn al compartir su guitarra y el show con el gran Alambre. Por mì, podrìa venir cada seis meses!!!
Excelente tu nota Martín!Gracias!!!un gran Abrazo!!!
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