jueves, 19 de diciembre de 2013

Blues de un día complicado


Fue un día complicado. Calor, cortes de luz, rumores maliciosos y granizo, así que nada mejor que terminarlo escuchando un poco de blues. La cita fue en República de Acá, en Colegiales, y los anfitriones fueron seis guitarristas que, como ya he contado infinidad de veces en este blog, son el futuro del blues local.

Cinco de los seis protagonistas de la noche fueron los chicos de Blues en Movimiento, que hace poco lanzaron el gran disco “5 guitarras de Blues”. Mientras que el sexto fue José Luis Pardo, quien vino de visita desde Madrid. El show comenzó poco después de las 21.30. Mauro Diana y Homero Tolosa marcaron el ritmo para que Nicolás Yudchak y Federico Verteramo interpretaran Look at little sister -cantado por Guido Venegoni- y luego Blues after hours. Los hermanos Fabiani aparecieron en escena. Julio con su Fender y Anahí frente al hammond hicieron All your love, de Otis Rush. Después subió Nacho Ladisa para una versión de It’s my life. El cierre de los cinco guitarristas tuvo a Roberto Porzio en primera guitarra y a Ladisa en la rítmica para Bobby’s rock, de Elmore James, y Feel so bad.

No había mucha gente en el bar, más que nada eran amigos y familiares de Jofi Pardo, en su único show en Capital. El guitarrista subió al escenario acompañado por sus Mojo Workers, Machi Romanelli (teclados), Chipi Cipolla (bajo) y Gonzalo Martino (batería). Arrancaron con una furiosa versión de Love and happiness, de Al Green. Pardo la cantó con con voz rasposa y sus solos fueron aumentado en intensidad a medida que el tema cobraba vuelo. Después fue todo una celebración personal. Se dio gusto de invitar a su hermano Gustavo, de 19 años, y a su primo, ambos guitarristas que como él dijo son los “herederos” de su apellido. También subieron a escena Mauro Bonamico y Santiago Espósito, ambos de Vieja Estación, con quienes compartió una “loca temporada en México”. Y también tuvo su momento Román Mateo, otro guitarrista argentino radicado en España.

En Don’t burn down the bridge, de Albert King, Pardo alcanzó su pico máximo de la noche. Logró unos solos fulminantes y cambios de ritmo muy sutiles. Jugó mucho con las perillas y hasta tocó en volumen cero mostrando toda su capacidad. En los últimos años lo vi dos veces en vivo. En ambas ocasiones estuvo acompañando a grandes cantantes de Chicago como Tail Dragger y Willie Buck. En esos shows se mostró respetuoso de los artistas y se limitó a acompañarlos con su guitarra. Ayer, en cambio, estaba más desenfadado y relajado. No se ató a un estilo determinado y mostró una combinación de técnica, feeling y cierta arrogancia que lo destacan como uno de los mejores violeros de blues del país.

Afuera ya no había rumores, no llovía, el calor había cedido y la luz de la vía pública alumbraba el camino a casa. El blues y los seis guitarristas habían cumplido con su misión.

2 comentarios:

Roberto Porzio dijo...


Línda noche de musíca !

Nicolás Yudchak dijo...


Grande martin! gracias por estar siempre, saludos!