Jimmy Thackery acaba de cumplir 60 años, de los cuales más de 40 los lleva enteramente dedicados al blues. En los 90, algunos años después de abandonar la banda con la que se ganó una buena reputación en el circuito musical, muchos medios y críticos empezaron a hablar de él como si fuera el nuevo Stevie Ray Vaughan. La temprana e inesperada muerte del guitarrista de Austin causó una gran conmoción y por eso muchos se apresuraron en buscarle un sustituto. Si bien hoy, mirando hacia atrás, eso fue algo innecesario, pasó: Thackery tuvo un auge importante luego del lanzamiento de su primer disco solista y las comparaciones fueron inevitables. Pero el tiempo lo fue poniendo en su lugar: él no era un imitador y al ir desarrollando su propio estilo los que esperaban un nuevo Vaughan fueron perdiendo interés en él. Hoy, Thackery sigue tocando con la misma pasión de siempre, tal vez sin tanta prensa como antes, pero con la convicción de que hace lo que tiene ganas de hacer.
Thackery nació en Pittsburgh el 19 de mayo de 1953, pero se crío en la ciudad de Washington. La historia de este amante de las Fender comenzó a escribirse a fines de la década del 60 cuando, en el colegio secundario, formó una banda con el hermano de Bonnie Raitt, David. Sus gustos musicales estaban todavía en desarrollo y fue clave cuando David Raitt le hizo escuchar el disco de Buddy Guy This is the blues. “Ese álbum me voló la cabeza”, declaró el Thackery durante una entrevista. Sumado a eso, vio en vivo a Buddy y también a Jimi Hendrix, en uno de sus últimos shows. Después de esos conciertos, su vida cambió.
Thackery siguió tocando en pequeños bares de la Capital estadounidense y fue conociendo gente. Uno de esos personajes fue el guitarrista Bobby Radcliff, que después le presentó al armonicista Mark Wenner. Así, en 1972, nacieron los Nighthawks, una banda que supo ganarse el mote de “el grupo más trabajador de los Estados Unidos”. Además de Thackery y Wenner, estaban el bajista Jan Zukowski y el baterista Pete Ragusa. Editaron su primer disco, Rock and Roll, para el sello Aladdin ese año. Pero el éxito recién llegaría cuatro años más tarde, en 1976, con la edición del hasta hoy mejor disco de la banda: Open all night, con la participación del legendario pianista de Chicago Pinetop Perkins. Si bien no fue un disco innovador, el álbum sonaba sincero y auténtico, y acaparó buenos comentarios de la crítica. Durante esa época, los Nighthawks tocaron varias veces como teloneros del gran maestro del blues, Muddy Waters.
En los años siguientes los Nighthawks salieron de gira por todo los Estados Unidos, Canadá, Europa y hasta Japón. Hasta que en 1987, después de haber grabado una decena de discos, Thackery (quien le ponía la cuota de adrenalina a la banda y se hizo una reputación de virtuoso) decidió abandonarlos para seguir su carrera solista.
Bajo el nombre de Jimmy Thackery and the Assassins (un sexteto de R&B), salió a recorrer los bares de la Costa Este y grabó tres discos para un sello independiente, pero sin mucho éxito. Entonces, en 1991 se unió al bajista Wayne Burdette y al baterista Mark Stusto y formaron Jimmy Thackery and the Drivers. Rápidamente la banda se empezó a hacer notar y los directivos del sello Blind Pig se fijaron en ellos. Así nació Empty Arms Motel, el primer trabajo solista de Thackery. Un álbum de pura pirotecnia blusera con una selección de temas muy precisa: combinó canciones de su autoría con los clásicos Red House (de Hendrix), Paying the cost to be the boss (de B.B. King), Rude Mood (de Stevie Ray Vaughan) y Honey Hush (de Lowell Fulson). Así nacieron las comparaciones con SRV.
Dos años después, el sello Blind Pig editó Sideways in Paradise, un disco acústico que Thackery había grabado en Jamaica en 1985 junto al guitarrista de Louisiana John Mooney. El segundo álbum de Thackery con los Drivers apareció en 1994: Trouble man fue producido por Jim Gaines (el mismo que trabajó con Vaughan, Santana y Steve Miller). “Pura dinamita”, así calificó al LP la prestigiosa revista Blues Revue.
Para entonces, Thackery ya era uno de los guitarristas más respetados del género. Y cada concierto que daba era ante salas llenas. La ferocidad y la pasión que ponía en cada uno de esos shows quedó reflejada en el disco en vivo Wild Night Out, editado por Blind Pig en 1995. Las revistas Guitar Player y Vintage Guitar dijeron de él: “El tono arrollador de Thackery y el trabajo arenoso de su guitarra son inmediatamente identificables. Sus surcos rítmicos tienen una libertad que Hendrix habría envidiado”.
En 1998, Blind Pig editó Switching Gears, que contó con la participación de invitados como Joe Louis Walker y Lonnie Brooks. Dos años después Thackery se volvió a juntar con el productor Jim Gaines para el álbum Sinner Street, el último que grabó para Blind Pig. Ese año también cumplió un deseo que tenía desde fines de la década del 60. Junto a su amigo David Raitt lanzaron That's It para el sello Blue Rock'it, que fue producido por el hermano de Robben Ford, Patrick.
En 2001 se tomó un breve descanso, pero sólo de los estudios: su nombre figuró en las carteleras de varios festivales de blues que se organizan en los Estados Unidos. En 2002, firmó un jugoso contrato con el sello Telarc y editó dos discos. Primero fue We got it, dedicado al legendario cantante blanco Eddie Hinton. Y después, junto al guitarrista de Louisiana Tab Benoit, Whiskey Store, un álbum de blues pero con algunos guiños al rock clásico con covers de Unknown Legend, de Neil Young; The Last Time, de los Rolling Stones; y Leopard-Skin Pill-Box Hat, de Bob Dylan. La banda que los acompañó era una verdadera selección del género: el armonicista Charlie Musselwhite y los Double Trouble Chris Layton y Tommy Shannon.
La discografía de Thackery creció aún más en 2003. Grabó True Stories, incorporando a los Drivers al saxofonista Jim Carpenter, que le dio un sonido más rockeado a la banda. En True Stories se dio el gusto de volver a homenajear a Roy Buchanan, uno de sus ídolos y mentores (ya había versionado una canción de él en Switching Gears). Telarc editó un disco compilación de todos temas instrumentales de Thackery bajo el nombre de Guitar, con la colaboración de Duke Robillard. También participó de dos tributos del sello. Tocó Why don´t we do it in the road? para The blues white album (homenaje al Álbum Blanco de los Beatles) e hizo una versión de Rocks off, de los Rolling Stones para Exile on Blues Street. Un año después Telarc no perdió el tiempo y amplió el éxito de Thackery y Benoit juntos con el disco Whiskey Store Live.
Healin’ ground salió al mercado en abril de 2005, con mayoría de canciones de Thackery en colaboración con sus músicos, aunque la joya de ese disco es el clásico de Henry Mancini, A shot in the dark, donde los punteos de Thackery desbordan la dimensión conocida. En junio de 2006, editó In the natural statejunto a los Cate Brothers para Rykodisc. Fue apenas un paréntesis en su contrato con Telarc: todavía le quedaban otros dos álbumes: Solid ice (2007) e Inside tracks (2008). En el último lustro la creatividad pareció decaer un poco o tal vez, simplemente, fueron problemas contractuales los que obligaron a Thackery a mantener una relación irregular con los estudios. Dos álbumes nuevos en vivo –Live in Detroit (2010) y As live as it gets (2012), este último junto a J.P. Soars- y Feel the heat (2011) salieron gracias a sellos independientes.
Con sus fenders a cuestas, sigue tocando y lo hará, seguramente, hasta el día en que muera, porque es un gladiador con altas dosis de blues en sangre, un luchador que está más allá de toda comparación, porque no es el imitador de nadie. Es, fue y será siempre él mismo: el gran Jimmy Thackery.