Estos dos lanzamientos tienen como protagonistas a músicos con distintos backgrounds que sumaron esfuerzos y talento para darle una vuelta de tuerca al sonido y estilo que los caracteriza.
Guy Davis (feat. Fabrizio Poggi) - Juba dance. Davis es uno de los músicos actuales que mejor interpreta el country blues de pre guerra. Tiene 52 años y nació y creció en Nueva York, muy lejos de los campos de algodón y las aguas del río Mississippi. Sin embargo, su abuela lo educó con la mente puesta en el sur, en sus antepasados y en sus raíces. Así, Davis empezó a escuchar desde muy chico a Blind Willie McTell, Mississippi John Hurt y Skip James. Comenzó a tocar la guitarra cuando era adolescente y desarrolló con mayor naturalidad el estilo del fingerpicking. Con el tiempo pasó al banjo y hoy toca ambos instrumentos por igual. Aquí, este notable artista, con casi una docena de discos editados, encara temas propios y algunas canciones tradicionales. Lo mejor está en su interpretación de See that my grave is kept clean, de Blind Lemon Jefferson, en la que el banjo y la armónica marcan el pulso mientras su voz juega a coro con la de los Blind Boys of Alabama. Fabrizio Poggi, destacado armonicista italiano, lo acompaña en la mitad de los tracks soplando con mucha intensidad, y la cantante Lea Gilmore se luce en Some cold rainy day, de Bertha “Chippie” Hill. Con artistas como Guy Davis, el blues tradicional está en muy buenas manos.
Ruff Kutt Blues Band - That's when the blues begins. Acá tenemos una selección de músicos de primer nivel, que unieron esfuerzos para este segundo disco, avasallador, de blues texano, shuffle con retoques souleados. Las guitarras están a cargo de Anson Funderburgh y Zac Harmon, y este último a su vez canta algunos de los temas. La otra voz del grupo es el legendario Finis Tasby. James Goode es el bajista y el alma máter de la banda: escribió las canciones y fue el reclutador de semejante equipo, que se completa con John Street (teclados), Wes Starr (batería) y Ron Jones (saxo). El álbum fue producido por Funderburgh y se editó unos meses después de que Finis Tasby, heredero de ZZ Hill y Clarence Carter, sufriera un ACV. Además de los punzantes y majestuosos solos de guitarra, el otro fuerte de este álbum son las armonías vocales. Tal vez ahí está la principal diferencia con los trabajos solistas de cada uno de ellos. Los fieles seguidores de guitarristas como el propio Funderburgh, Ronnie Earl, Duke Robillard y otros de esa escuela de exquisitos talentos quedaran más que satisfechos.
1 comentario:
Muy bueno y Fabrizio un gran musico y amigo.
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