Bobby Rush – Down in Louisiana. Bobby Rush es un verdadero fenómeno. Comenzó tocando con músicos del West Side de Chicago y amplió sus horizontes musicales al funk, el soul y hasta el folk. A ese combo, con el tiempo, le agregó una presencia escénica muy intensa y provocadora. Grabó todo tipo de discos -acústicos, con vientos- y sus canciones siempre alternaron entre baladas, blues de juke joints y funkys movedizos. Ahora, acaba de lanzar un nuevo álbum. El nombre es elocuente: Rush vuelve a la tierra en la que nació hace 77 años para desplegar toda su música tal y como brota del suelo pantanoso de Louisiana. Aquí canta blues, soul, R&B y el aporte ocasional del acordeón le da a las canciones ese sabor especiado de zydeco, cajun y creole. Rush aquí no pierde las mañas, algunas de las letras destilan ese humor verde y lascivo que lo caracteriza. Sigue cantando con mucha energía y además se acompaña con la armónica y la guitarra. La banda está formada por Lou Rodriguez en guitarra, Terry Richardson en bajo, Pete Mendillo en batería, más el aporte del productor y multiinstrumentista Paul Brown. Son exquisitas sus interpretaciones de Don’t cry y Raining in my heart. Si el Boogie in the dark es altamente hipnótico, el cover de Swing low, sweet chariot es un viaje de ida a Neptuno. Vale la pena escucharlo.
James Montgomery Band – From Detroit to the Delta. Montgomery es un nativo de Detroit y tiene una extensa trayectoria. Empezó a tocar la armónica en la Universidad de Boston durante los 70 y pudo hacerlo junto a decenas de maestros como James Cotton, John Lee Hooker y Junior Wells. Con el tiempo, desarrolló su propio estilo, oscilante entre el blues y el rock y fue requerido por Steve Miller, los Allman Brothers y Comander Cody, entre otros. Además se hizo fama de buen caza talentos: muchos de los músicos que pasaron por su banda terminaron nutriendo las formaciones de solistas y grupos como Rod Stewart. MC-5, Joe Cocker y Alice Cooper. Pero fuera de su zona de influencia y del gueto de los músicos, su nombre no es tan conocido: la mayoría de los discos que grabó fueron para sellos independientes. Pero tal vez, este álbum logre expandir su música gracias a la ayudita de los amigos. El albino Johnny Winter, respaldado por dos músicos de Aerosmith -Joey Kramer y Brad Whitford-, deja su sello con el slide en Little Johnny, que Montgomery canta con mucha garra. El rapero DMC lo acompaña en una versión un tanto freestyle del clásico de Bo Diddley, Who do you love. Y su gran maestro, James Cotton, sopla su armónica en Black Cadillac, de Lightnin’ Hopkins. Los Uptown Horns aportan lo suyo en un par de canciones. El disco tiene mucho blues, rock y psicodelia, y suena realmente muy bien.
Chris Duarte – My soul alone. Los primeros dos discos de Chris Duarte, Texas Sugar/Strat Magik (1994) y Tailspin headwhack (1997), hicieron creer a muchos que el guitarrista de Austin había llegado para ocupar el lugar de guitar hero del blues que había quedado vacante tras la muerte de Stevie Ray Vaughan. Si bien al principio esas comparaciones sirvieron para que su carrera despegara, con el tiempo se le volvieron un boomerang. Entonces entró en una especie de encrucijada: seguir dentro de ese loop de comparaciones con SRV o buscar su propio sonido. Duarte optó por la vía más difícil, la segunda. Durante estos años, alternó entre su power trío y la banda nipona Bluestone, cambió varias veces de sello discográfico y dio más conciertos en Japón que en los Estados Unidos. En ese mismo lapso fue puliendo su propio estilo: una paleta multicolor de blues rock y Texas blues, con tintes jazzeros y psicodelia. My soul alone es su mejor álbum desde la década del 90. Sus dotes con la guitarra no son lo novedoso, ya que en ellos mantiene la destreza y pasión de siempre. Lo importante aquí es que las 12 canciones fueron escritas por él y están muy buenas, especialmente Yes, it’s you; A dollar down and feeling low; y Show me that you want it.
2 comentarios:
Muy buenas recomendaciones, gracias.
Bobby Rush es un capoooo
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