Aunque suene novedoso, el flamante álbum de Ian Siegal & The Mississippi Mudbloods no lo es tanto: es la continuación de The skinny, el disco que el británico de la voz aguardentosa grabó el año pasado junto a The Youngest Sons, que no es otra cosa que la misma banda pero con un nombre diferente. Encabezada por los hermanos Dickinson, Cody y Luther -integrantes de North Mississippi Allstars e hijos del legendario Jim Dickinson-, lograron fusionar el boogie efervescente de su tierra con la pasión y versatilidad que Siegal aportó desde el otro lado del océano. El resultado es un blues rockeado, con guitarras calientes y mucha energía, sobre composiciones propias, lo cual le da un valor agregado. Más allá de que la descripción no parezca muy original, lo que ellos han logrado con este segundo trabajo conjunto sí lo es.
Luther Dickinson, Alvin Hart, Cody Dickinson e Ian Siegal |
El disco tiene momentos extraordinarios como el comienzo a capella de Earlie Grace Jnr., con el hombre rugiendo desde sus vísceras; o la guitarra con wah wah funky de Green power; o el slide vigoroso de Hard press, que es como si Duane Allman hiciera un punteo sobre un bit setentoso y paradójicamente actual. Pero para cuando uno llegue a esos temas ya estará completamente absorto en la música de Candy store kid. Porque ya desde la primera canción, el cover de Duke Bardwell, Bayou country, Siegal deja en claro que consiguió lo que buscaba: empaparse del sonido del norte de Mississippi, ese que está a mitad de camino entre el neón de Memphis y su historia de blues, soul y rock and roll, y el recuerdo crudo de los viejos bluesmen del Delta. Candy store kid es un disco orgánico y vital, de esos que pretenden darle nuevos aires al blues sin perder su esencia.
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