JUNIOR WATSON - LUNES 26 DE NOVIEMBRE. Michael Watson, más conocido por su apodo de Junior, es hoy uno de los máximos exponentes del blues de la costa oeste. De alguna manera, ocupó el lugar vacante que dejó la temprana muerte de Hollywood Fats y con los años no hizo más que pulir su estilo, una combinación de jump blues y Texas, cuyas principales influencias son Pee Wee Crayton, T-Bone Walker y Luther Tucker. Además, en su formación profesional se destacan sus pasos por Canned Heat durante los 90 y los Mighty Flyers de Rod Piazza, banda de la que fue uno de sus miembros fundadores.
Su experiencia en los estudios de grabación es amplia: trabajó con decenas de músicos y fue uno de los guitarristas más requeridos por armonicistas de primera línea como Charlie Musselwhite, George”Harmonica” Smith, Snooky Pryor, William Clarke, John “Juke” Logan, John Nemeth, Lynwood Slim y Mark Hummel. Sin embargo, su carrera solista se expresó más en vivo con apariciones en festivales, shows en los principales clubes de blues de los Estados Unidos y giras internacionales. Tal vez por eso apenas pudo editar tres discos propios: Long overdue (Black Top / 1994), If I had a Genie (Heart & Soul / 2002) y el flamante Jumpin’ wit Junior, para el sello Watch Dog Records, que parece que fue grabado en la década del 50, y que consolida a Watson como uno de los guitarristas más innovadores del momento. “En este disco realmente capturé los tonos y la atmósfera que siempre escuché en mi cabeza pero que nunca pude plasmar en una grabación”, escribió en el booklet del álbum.
Igor Prado |
Entrevista a Junior Watson publicada en Tiempo Argentino
Walker nació en San Francisco pero no desarrolló un sonido basado en el West Coast, sino que supo incorporar a su música una amplia gama de estilos y géneros. Walker puede tocar blues de Chicago, del Delta del Mississippi, baladas góspel, codearse con el jazz, cantar soul o subir el volumen de su guitarra al máximo para rocanrolear sin prejuicios.
Entre las miles de anécdotas que lleva en su mochila de vida, está la que da cuenta que fue compañero de cuarto y amigo de Mike Bloomfield a fines de los 60 y que gracias a él conoció a Hendrix y a los Grateful Dead. Estudió Música y Literatura en la Universidad de San Francisco y durante varios años tocó con una banda que se llamaba The Spiritual Corinthians Gospel Quartet. En 1985, luego de su participación en el célebre New Orleans Jazz & Heritage Festival decidió volver a las fuentes, es decir, a tocar blues.
Al año siguiente firmó contrato con el sello Hightone/Shout! Records y editó su primer álbum: Cold is the night. Pero recién dos años después tuvo el reconocido merecimiento de la crítica con su segundo disco, The gift, y en 1989, cuando lanzó Blue soul, captó la atención de la poderosa industria discográfica. Así fue como llegó a firmar con el sello Verve, de Universal Music, con el que mantuvo una relación de cinco años. Desde entonces, su nombre es sinónimo de la Primera División del Blues. Este año editó Hellfire, un álbum en el que se aleja un poco del blues pero sin perder su esencia. Su debut porteño lo encontrará tocando algunos de los temas de ese trabajo, pero más que nada repasando su trayectoria de casi cuatro décadas.
Nasta Súper |
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