Tommy Castro es un guitarrista notable, uno de los más fieles exponentes del legado de Albert King, de esa fusión de blues y soul que comenzó a cobrar forma en la década del sesenta. Hace 16 años editó su primer álbum para el sello Blind Pig. Exception to the rule fue el comienzo de una carrera exitosa que tuvo su base en la ciudad de San Francisco y que luego se extendió a todos los Estados Unidos, Europa y otros continentes. Hoy, su nombre es sinónimo de los altos estándares del blues y su guitarra es una de las más poderosas.
Ahora, y a modo de celebración, Castro acaba de lanzar un disco fabuloso, donde predomina un espíritu de zapada, donde toda su historia se ve condensada en doce canciones y un puñado de amigos de jerarquía. Legendary Rhythm & Blues Revue: Live! fue grabado en vivo en octubre del año pasado y acaba de ver la luz. Como en su último álbum de estudio, Hard Believer (2009), sigue vigente la sociedad con el sello Alligator. La portada de Legendary… es bien retro, como esos afiches de conciertos de los sesenta. Se ve la figura de Castro intentando un punteo en su Stratocaster y el resto de las figuras que conforman el disco. En los dos primeros temas, Wake up call y Gotta serve somebody (de Bob Dylan) Castro encara con convicción a la audiencia rodeado sólo por los miembros de su banda: Keith Crossan (saxo), Tom Poole (trompeta), Tony Stead (teclados), Scot Sutherland (bajo) y Ronnie Smith (batería).
Recién en e tercer tema aparece el primer invitado. Michael Burks suma su voz y aporta sus solos feroces en la extensa Voodoo spell. Luego sube al escenario Joe Louis Walker, quien hace poco lanzó un disco de similares características a éste, para interpretar una enérgica versión de It’s a shame. La potente voz de Sista Monica es el primer toque femenino del álbum: canta, sin guardarse nada, Nevers say never, que empieza de manera cancina y termina muy arriba. En My next ex wife, Rick Estrin, de los Nightcats, no sólo suma su armónica sino que también aporta una buena dosis de humor. La guitarra se ve reforzada a su vez con la participación del violero noruego Chris “Kid” Andersen. El tema siguiente es una de las mayores sorpresas del disco: el trío Trampled Underfoot se presenta con una arrolladora interpretación de su tema Fog.
Castro arremete con uno de sus clásicos, Painkiller, antes de invitar al escenario a otra dama: Janiva Magness canta una versión muy convincente de Think, de James Brown, con los vientos de Keith Crossan y Tom Poole marcando la superficie imaginaria del territorio del soul. Sigue en esa senda ya que el siguiente invitado es Theodis Ealey con quien alcanzan uno de los momentos más alegres y vivaces del show con This time I Know. En el final entrega sus mejores blues. Debbie Davies, dueña de una voz potente y una estilo para tocar la guitarra que aprendió directamente de Albert Collins, es la encargada de comandar All I found, un slow blues en el que sus solos disputan un duelo profundo con Castro. Todo termina con Serves me right to suffer con la guitarra de Castro enloquecida y la banda llevando el boogie a su máxima expresión.
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