Rod Piazza & The All Mighty Flyers - Almighty dollar. Este disco es una joya, de verdad. Rod Piazza debe ser uno de los cinco o seis mejores armonicistas del momento. Tiene un sonido muy personal y representativo del blues de la Costa Oeste. Apuntalado por el piano de su esposa, Honey, Rod Piazza se despacha con una colección de temas que abarcan el jump blues de los años cuarenta y cincuenta, alguna balada doo bop y un poco de Chicago blues. Lo mejor, a mi criterio, es cuando interpreta What makes you so tough, Confessin' the blues y la fabulosa Ain't nobody's business. En el álbum también se destaca el versátil Henry Carvajal, un guitarrista que tiene un poco Hollywood Fats, Junior Watson y Muddy Waters. Almighty dollar es el alegato de un músico que, por dedicarse a tocar blues, se privó de los grandes lujos que trae aparejado ser una estrella. No hay dudas que para Piazza la música está antes que el billete.
Harry Manx & Kevin Breit - Strictly whatever. Hace ya un par de años que descubrí a Harry Manx y desde entonces no me canso de escuchar sus discos. Dueño de un estilo único y un groove muy particular, Manx acaba de lanzar su octavo álbum de estudio, una vez más en compañía de Kevin Breit. Los tres primeros temas son realmente fantásticos: Sunny, Nothing I can do y, especialmente, Looking for a brand new world. Luego el disco sigue alternando algunos blues con otras canciones de raíz más folkie. Lo más sobresaliente creo que es la amplia alternancia de instrumentos de cuerda. Según el tema, los protagonistas pasanan de la guitarra acústica y la eléctrica al banjo, el ukelele, la mandolina, el sitar eléctrico y hasta la mohan veena, la especialidad de Manx. En algún punto, Strictly whatever se parece a los discos de Bob Dylan de fines de lo noventa y comienzos del nuevo milenio, pero en definitiva se trata de una obra nueva producida íntegramente por dos figuras en ascenso, dos músicos creativos y muy originales.
David Gogo – Soul-bender. Este disco me lo recomendó Pablo Fernando Piñeiro y la verdad es que está muy bueno. La curiosidad de su apellido es apenas un detalle que nada tiene que ver con su música. Gogo creció y se formó musicalmente en la ciudad de Nanaimo, en la Columbia británica, al oeste de Canadá, muy cerca de Vancouver. De joven se nutrió de la música que escuchaba por radio, los sonidos que venían del sur, Stevie Ray Vaughan, ZZ Top, Johnny Winter, Buddy Guy, Albert Collins… Pese a que todavía no es tan conocido a nivel mundial, en los noventa llegó a abrir los conciertos que muchos de esos músicos dieron precisamente en Vancouver. Gogo desarrolló un estilo amplio, que se balancea entre los márgenes del blues con el rock and roll clásico y el soul de Stax. Pero siempre con el eje puesto en los solos de su guitarra y su poderosa voz. Soul-bender es un disco potente y muy entretenido.
The Jeff Golub Band - The Three Kings. ¿Quién es Jeff Golub? Esa fue la primera pregunta que me hice cuando empecé a escuchar este disco. Su nombre está más asociado al smooth jazz, al estilo de David Sanborn, pero con guitarra. Sus influencias más palpables son Wes Montgomery, George Benson, Lee Ritenour y Larry Carlton. Pero este disco no tiene absolutamente nada que ver con ese estilo ni con lo que esos músicos representan. Aquí tenemos un álbum cien por ciento blusero. Golub ya había anticipado su inclinación hacia los doce compases con su disco de 2009, Blues for you, y ahora confirma que éste es el camino elegido. Con la colaboración del legendario Henry Butler, Golub da rienda suelta a su virtuosismo con clásicos del género como Born under a bad sign, Help the poor, The thrill is gone y Have you ever loved a woman. El disco tiene una producción impecable y un sonido que es todo una invitación a relajarse y escucharlo.
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