John Lee Hooker había nacido en Clarksdale, Mississippi, el 22 de agosto de 1917. Aprendió los blues escuchando a Charley Patton, Blind Lemon Jefferson y otros músicos de la época. Pero después recorrió un camino diferente al del resto de sus contemporáneos. Mientras Muddy Waters y Howlin’ Wolf, por nombrar sólo a dos, se fueron hacia Chicago, Hooker -un vagabundo errante por naturaleza- fue probando suerte en ciudades en las que no logró hacer pie, como Memphis y Cincinnati, hasta que llegó a la fría y gris Detroit. Allí, en la Motor City, encontró su lugar en el mundo y desarrolló un estilo muy personal para interpretar los blues.
Su boogie hipnótico y su forma tan particular de cantar lo convirtieron en un músico inigualable. Entre fines de los cuarenta y comienzos de los sesenta grabó gran parte de su mejor material (escuchen sino sus discos de Chess o Vee Jay) que influyó directamente sobre músicos y bandas de la talla de Bob Dylan, Canned Heat, los Animals, Bonnie Raitt, los Rolling Stones y Santana.
En los noventa, cuando ya su figura había alcanzado la cima y él ya estaba radicado en California, editó una serie de discos en los que se dio el gusto de tocar con estrellas rutilantes como Keith Richards, Johnny Winter, Van Morrison, Jeff Beck, Albert Collins y Robert Cray. Pasaron diez años desde su muerte y la amenaza del olvido, en su caso, es algo que no preocupa. El tiempo se encargó de revalorizar su música, sus canciones y su estilo, ese que supo moldear durante medio siglo y que ya alcanzó el status de eterno.
3 comentarios:
pasaron diez años ya?
Si. Murió el mismo año en el que cayeron las Torres Gemelas. Y meses después llegó el corralito financiero y nuestro Presidente se fugó en helicoptero. Lovely 2001
ausencias esenciales!!!
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