"Cuando inclino la cabeza para esconder una lágrima, estoy viviendo y muriendo lo que ordena la guitarra", Atahualpa Yupanqui.
Fue una noche de devoción por las seis cuerdas. Una noche de blues puro y auténtico. Pero más que nada fue una noche de amor por la música y respeto entre los protagonistas. Cinco guitarristas de primer nivel mostraron lo suyo sin egos ni competencias absurdas.
La presentación del disco Blues en Movimiento Vol. 2 fue un éxito y los cinco violeros coparon el escenario elevado de Makena, en pleno Palermo. El encargado de abrir el show, pasadas las 22, fue Nacho Ladisa. Respaldado por Anahí Fabiani en teclados, Roberto Porzio en guitarra rítmica, Mauro Diana en bajo y Gabriel Cabiaglia en batería; Ladisa mostró su estilo vintage, inspirado en los maestros de los 50 y los 60, primero con una Epiphone Casino y luego con una Fender Stratocaster. Tocó It’s my life, de Bobby “Blue” Bland, Motorhead baby, de Johnny “Guitar” Watson, y You belong to me, de Magic Sam.
En segundo lugar apareció el multifacético Julio Fabiani. Lejos del frenesí de Támesis o del dulce soul de Florencia Andrada, se avocó al blues eléctrico más apasionado. Empuñando una Stratocaster abrió con Frosty, un instrumental de Albert Collins, y cantó Yours truly, el clásico de Dave Bartholomew, y All your love, otra del gran Magic Sam. Su hermana Anahí siguió en escena y la rítmica cambió por Mauro Bonamico en bajo y Homero Tolosa en batería.
Luego vendrían dos de las máximas promesas de la guitarra blusera. Esos chicos que, según sus propios compañeros, tienen un don innato y apenas pasaron los 20 años. Uno, Nicolás Yudchak, más tirado al sonido de los Allman Brothers y Freddie King. El otro, Federico Verteramo, con vocación por el estilo más clásico de Chicago. El primero comenzó con un instrumental, Zan ho say, y siguió con Look at little sister y Pack it up. En las últimas dos contó con la participación de Gina Valente en voz, mientras que la rítmica siguió a cargo de los mismos que acompañaron a Julio Fabiani, más el aporte de Nandu en teclados.
El zurdo Verteramo tiene un talento sobrenatural que contrasta con su timidez arriba del escenario. Con su Stratocaster blanca encaró una versión instrumental de Blues after hours, de Pee Wee Crayton y, ya con Darío Soto como cantante, desgarró las seis cuerdas con Mary Ann, de Ray Charles, y You don’t konw, de B.B. King.
La “eminencia”, como le gritaron a Roberto Porzio cuando subió a escena, fue el último de los cinco violeros en mostrar lo suyo. La sección rítmica de Nasta Súper, Mauro Ceriello y Gabriel Cabiaglia, más Anahí Fabiani, tuvieron la tarea de respaldarlo. Solo con su Epiphone Riviera hizo la intro de Devil got my woman, de Skip James. Sacó el slide y atacó los acordes de Bobby’s rock, de Elmore James, ya con la banda sonando a full. Cantó con exquisito registro The things that I used to do y, con Florencia Andrada y Gina Valente en coros, se zambulló en el maravilloso mundo de Otis Rush con I feel so bad.
El epílogo tuvo a los cinco juntos. Cada uno aportando lo suyo y apoyando a los demás. Esfuerzo, compañerismo y talento mancomunado. Tocaron Wham!, de Lonnie Mack, y finalizaron con un punteo cada uno, separado por el estruendo de la batería de Cabiaglia. Las guitarras de blues del futuro ya están aquí.
10 comentarios:
Capo Porzio! El talento y la humildad de los grandes músicos. Lamento no haber podido ir.
jaja vamoss martin qe le damos energiaa a racing hoy ganamoss el 3 ¡¡¡ gracias por estar siempre apoyando a los musicos ¡¡¡
Gracias MArtin!!!
gracias martin!!! abrazo!!
Grande MArtin!
gracias martin! buenisimo!
Exelente como siempre Martin! Que noche emocionante! Que orgullo tener estos musicos! Estos amigos! Abrazos!
que buena banda arriba del escenario
Gran noche! y siempre las palabras justas, Martin!
gracias Martin por estar y difundir!!
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