Fotos Edy Rodríguez |
A Gabis también le sorprendió el promedio de edad del público. Pensar que en una época, cuando Manal estaba en su pico creativo, la vida era muy diferente a lo que es ahora. Los músicos eran hostigados, perseguidos, molestados y amenazados. Por eso hoy son más que músicos, son héroes y sobrevivientes de una época infame. Ellos combatían con canciones, armas mucho más valiosas y perdurables que las de fuego que los otros usaban para intimidarlos, lastimar y matar.
El otro día, en una entrevista, Gabis me dijo que en los 80 el público, colegas y periodistas le hicieron sentir que él estaba demodé, que ya no tenía más lugar en la escena musical. Eso lo impulsó a irse del país en busca de nuevos horizontes. Ahora, cada vez que viene a la Argentina la cosa se pone mejor. Su música es la música de todos. Sin Manal, Los Gatos, La Pesada o Almendra no habría rock nacional. Las modas pasajeras y sectarias con el tiempo desaparecen, la canción con alma y de raíz perdura y se revaloriza.
El show comenzó con La Cofradía del Blues haciendo un slow blues y luego Corazón destrozado, un boogie instrumental para calentar la sala. Respaldado por dos veteranos del rock embrionario, Ciro Fogliatta en teclados y Juan Rodríguez en batería, y dos de la nueva generación, Gustavo Giannini en bajo y Frans Banfield en guitarra y voz, Gabis dio rienda suelta a toda su expresividad y sentimiento.
Al principio hubo temas de La Pesada, la extraordinaria Bajando a Buenos Aires, Blues de la Tierra Supernova y Blues del terror azul, cantada por una efusiva Claudia Puyó, tal como lo hizo ante Néstor Kirchner en la Casa Rosada en 2007. Esto se acaba aquí, con Marcos Lenn como cantante invitado, y Rock de la mujer perdida, de Los Gatos. Un enérgico Frans Banfield cantó Crossroads, de Robert Johnson, con Gabis al mejor estilo Clapton en Cream, en lo que fue el único tema en inglés de la noche.
“Queremos homenajear a Pappo, el Maradona de la guitarra de blues”, anunció Gabis antes de los primeros acordes de Desconfío, que cantaron a dúo Lenn y Marcelo Champanier, vocalista argentino que, al igual que Banfield, vive en España.
“Este es uno de esos temas de Javier Martínez que son insuperables. Un aplauso también para Javier”, pidió Gabis y Medina hizo un gesto con su mano y agregó bromeando: “Pero uno solo, eh”. Gabis tocó Informe de un día medio tono más arriba que Medina y después pasaron a Más allá del valle, con Jorge Senno en lap steel. Sobre el final, y ya en clima de zapada pura, se lanzaron con Jugo de tomate, con todos los invitados cantando, más la mujer del Negro, Lola Medina. El bis llegó con Boogie de Claudio. Fue la despedida ideal para una noche cargada de nostalgia y buena onda, una noche de rock nacional y blues porteño que se transformó en una verdadera clase de historia.
7 comentarios:
Martin...abrazo grande loco!! (....)
gracias por tu trabajo Martin , valorable esfuerzo de dar una mano al ambiente del blues local
coincido con el pollo!
Gracias Martin por el apoyo de siempre.Fue una gran noche y una gran satisfaccion poder estar ahi viendo esa reunion historica!!Roger
el Blues es un vampiro , vivio mas de 100 años y si no murio ! ya no muere mas . Es la mejor musica que el hombre dio . Es un buen desafio ponerlo en 10 . Me dicen , che es aburrido ! y se vuelven a equivocar.
Si, gracias Martín!!!
Bien ahí, Martín
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