Noches así se viven con intensidad. Noches de blues y buena vibra. Noches que algunos no olvidarán jamás. Noches en las que el blues primero se presenta en formato de competencia pero termina celebrando una hermandad musical. El segundo Concurso de Bandas de Blues fue un éxito y mucho más. Los cinco grupos participantes ofrecieron lo suyo y el jurado, que integré por segundo año consecutivo, eligió a la banda ganadora. Como escribí en
la reseña del año pasado, otra vez el verdadero ganador fue el blues. A más de un siglo de su surgimiento, aquí, bien al sur del Río Bravo, sigue en franco ascenso. Ayer tuvimos la oportunidad de ver a bandas emergentes de distintos lugares del país, que sorprendieron con propuestas audaces y mucho talento.
La elección fue reñida, pero como en todo concurso tiene que haber un ganador y se impuso 50 Negras, casualmente la única de las cinco que había llegado a la final el año pasado. Tal vez hicieron pesar su experiencia y eso los llevó a tocar mejor y con mucha más soltura. El show que dieron fue vibrante y así se ganaron el premio grande: grabar un EP en La Escuela de Blues y abrir el Buenos Aires Blues Festival que se realizará en noviembre en La Trastienda y que contará con la presencia de dos músicos internacionales de primer nivel: Eddie “The Chief” Clearwater y Kenny “Blues Boss” Wayne.
Lo que vimos anoche fue apenas la final de un concurso largo del que participaron más de 70 bandas. El primer filtro fue el de los organizadores: Gabriel Cabiaglia, Gabriel Grätzer, Mauro Diana y Florencia Rodríguez. Así fue como anoche, en República de Acá, se presentaron los finalistas. Compartí el jurado junto a Guillermo Blanco Alvarado (conduce No tan distintos, por FM Flores), el productor y músico Mariano Cardozo (Baires Blues), el guitarrista Rafael Nasta y Cabiaglia.
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Alligator's Sons |
La primera banda que apareció en escena fue Alligator’s Sons, un trío cordobés que mostró una propuesta diferente para este tipo de eventos. No hay dudas de que tienen el blues, pero no en el formato tradicional sino más bien inclinado al Hill country blues. Ellos eligieron para transmitir su música la combinación de Moreland & Arbuckle, Reverend Peyton (me apuntó Guille Alvarado) y los chilenos de Perrosky. Los chicos tocaron temas propios cantados en inglés, con samplers incluidos, que ellos definieron como “blues místico experimental”. Como dato de color, el violero mostró una guitarra cuadrada de cuatro cuerdas. La presentación estuvo buena, pero les faltó un poco de arrebato individual. Tal vez pagaron un poco el precio de haber sido los primeros.
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Riel Blues |
Luego apareció en escena Riel Blues, una banda muy activa de Escobar que promueve el blues en zona norte con mucha onda y que ya abrió shows para artistas internacionales como Chris Cain y Lurrie Bell. Ellos tienen una propuesta más tradicional y rockeada, con temas propios también, pero cantados en español. Brian Chávez y Pablo Díaz combinan muy bien sus guitarras y la base rítmica acompaña con ganas. Pero noté un problema en las letras de Me excitas y Con la luna a mis espaldas: las rimas me parecieron un poco forzadas. Más allá de eso, sonaron bien y mostraron mucha garra arriba del escenario. Los solos de Chávez fueron muy enérgicos y dejaron una hermosa estela de la influencia de Albert King.
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El Club del Jump |
En tercer lugar subió al escenario El Club del Jump, un cuarteto de Boulogne que recrea la música de Louis Jordan y Roy Brown, pero sin alejarse de T-Bone Walker y Freddie King. Comenzaron con un boogie woogie con el pianista como atracción principal y después en los otros dos temas apareció la magia de Martín Burguez con la viola y cantando Texas flood y Caldonia. Ellos salieron segundos a muy pocos puntos de los ganadores.
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50 Negras |
Después aparecieron los 50 Negras, esta vez mucho más sueltos y acoplados que el año pasado. Comenzaron muy arriba con Rock this house y explotaron con Going to Mississippi, de Magic Slim, en la que Brian Figueroa liquidó con el slide y Benjamín Aquino se animó a bajar a cantar sin micrófono entre el público. Así lograron recrear el ambiente de los juke joints por unos instantes. Finalizaron con una animada versión de Messin’ with the kid. La banda mejoró mucho en un año y eso habla de esfuerzo, sacrificio y mucha onda entre sus integrantes. Además sumaron a Tito Maza, un pianista que con su mano izquierda es realmente asombroso.
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La Arcaica Blues Rural |
El cierre fue para La Arcaica Blues Rural, otra banda cordobesa que también tiene un formato llamativo. Son siete músicos: tres guitarristas, bajista, armonicista, cantante y una chica de 17 años que toca la mandolina con mucha dedicación. Ellos mismos se dieron cuenta antes de empezar que tras las buenas presentaciones eléctricas les iba a ser difícil mostrarse con su propuesta acústica. Así y todo les salió muy bien, sonaron alegres y relajados. Es grato saber que hay chicos que todavía escuchan blues de preguerra. El repertorio fue Honky tonk blues, de Hank Williams; Crazy cryin’ blues, de Memphis Minnie; y Diggin’ my potatoes, de Big Bill Broonzy.
Entre el jurado discutimos varias cuestiones: si una banda que toque temas propios arriesga más que las que hacen covers; el estilo novedoso versus el tradicional; la puesta en escena; cantar en español o en inglés; la instrumentación y el sonido. En definitiva cada uno de nosotros puntuó lo que le pareció mejor y resultado fue muy ajustado.
El final tuvo al maestro de ceremonias, Gabriel Grätzer, anunciando los resultados y a Alejandro Álvarez y “El Tano” De Lío, ganadores del año pasado con Delta Catfish, entregando los diplomas. Pero lo mejor de todo fue ver los abrazos efusivos y sinceros de los músicos de las distintas bandas, que convirtieron un concurso en una fiesta. Ellos disfrutaron tanto como nosotros de una noche muy especial, que seguramente se repetirá el año próximo y más allá también.
9 comentarios:
muy acertadaa la reseña coincido ¡¡
muy lindaa reseña !!!
felicitaciones a todos
muy buena!!!
Buenisima noche! Felicitaciones a todos!
muy linda nota! Felicitaciones a todos!
Excelente!!!
muy bueno!
Muchas Gracias Martin por tu comentario, que junto al de otros amigos de Baires, hacen que sigamos adelante en la busqueda de nuevos sonidos para nuestro amado blues.
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