Wolf es uno de los sellos discográficos que mejor entiende el blues tradicional y todos sus artistas representan lo más auténtico del género. Desde el Mississppi profundo hasta el South Side de Chicago, la compañía austríaca ha editado discos con la premisa de documentar a muchos músicos que tal vez no sean comerciales, pero que se merecen dejar grabadas sus interpretaciones para la posteridad. Si bien para el año próximo se espera un álbum póstumo de Magic Slim y el debut de su hijo, Shawn Holt, Wolf acaba de lanzar dos discos de verdaderos bluesmen del Mississippi.
Pat Thomas – Beefsteak blues. Pat vive en Leland. Y todos los días toca por propinas en el Highway 61 Museum. Guía con gusto a los turistas hacia la tumba de su padre, el legendario James “Son” Thomas, en cuya lápida se puede leer: “Denme un bife cuando tenga hambre y whisky cuando tenga sed. Mujeres bonitas mientras esté vivo y el Cielo cuando muera”. Pat Thomas heredó de su padre la pasión por el verdadero blues y el amor por su tierra. Su flamante álbum, el primero para un sello importante, es una obra maestra del blues rural. El hombre, su guitarra y sus blues. Un mano a mano con su pasado, sus raíces y su legado. El listado de canciones tiene algunos clásicos como Rock me baby. Standing at the crossroads, It hurts me too –muy bueno el slide aquí- y Honey bee, así como también el Beefsteak blues y una conmovedora composición propia, Dreams, a la memoria del gran Son Thomas.
Jimmy “Duck” Holmes – All night long. Holmes es el último blusero que sostiene la tradición de Bentonia, esa cuyas páginas más importantes fueron escritas por Henry Stuckey, Skip James y Jack Owens. Holmes sigue viviendo allí y semana a semana toca en su juke joint, el Blue Front Cafe, el más viejo del Mississippi. Es probable que cuando él muera ya nadie más toque blues así, con esa afinación abierta en Re, como solían hacerlo sus mentores. Por eso la importancia a futuro de este disco es mucho más que cualquier cuestión comercial. All night long es su quinto álbum, el primero para este sello (antes editó tres para Broke & Hungry y uno para Fat Possum), y 12 de los 13 temas fueron grabados en los mismos estudios de Leland que el álbum de Pat Thomas. El repertorio repasa clásicos de su región como Hard time killing floor blues, Devil got my woman y I’m going to leave you. El último track, Rock me, fue grabado en vivo en el Blue Front Cafe, y le da al álbum el cierre perfecto, vívido e intenso.
2 comentarios:
buen dato Martin, feo que se vaya perdiendo este genero
Excelente reporte sobre Duck Holmes y especialmente Pat del hijo del mas grande bluesman q oi en mi vida, Son Thomas. Yo creo que el genero se va perdiendo en la gran ciudad (Chicago por ejemplo) cuando cae en manos del hombre blanco que quiere ayornarlo y lo termina matando, pero mientras se respete la raiz como en el Delta el Blues Verdadero tiene vida eternamente. Gracias por valorar estos artistas Martin.
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