Brian Setzer - Setzer goes Instru-Mental. Este es el primer álbum instrumental de su carrera. Aquí, Setzer se consagra como un guitarrista extraordinario y un cultor de la música de raíces. Seis de los once temas son de su autoría. El resto son covers de antaño ejecutados con la impronta de los años cincuenta, una época que le fascina desde hace mucho tiempo y que ya ha dejado plasmado en discos anteriores. El álbum abre con una notable versión de Blue Moon of Kentucky, de Bill Monroe pero con la imborrable marca que Elvis Presley le dejó al tema. Luego sigue con el standard de jazz Cherokee y después con Be-Bop-A-Lula, el clásico inmortal de Gene Vincent, que fue compuesto en 1956. Earl's Breakdown, el cuarto track, es un buen acercamiento de Setzer al bluegrass, donde demuestra que puede trasladar su virtuosismo al banjo. Con Lonesome road, la canción escrita por Gene Austin en 1927, Setzer se suma a una larga y ecléctica lista de músicos que la tocaron a lo largo de un siglo: Bing Crosby, Sister Rosetta Tharpe, Pat Boone, Bob Dylan, Earl Hines y Snooks Eaglin, entre tantos otros. Setzer goes Instru-Mental es un album que los guitarristas sabrán valorar y los oyentes disfrutar a pleno.
Lee Rocker – The Cover Sessions. No es el tipo de disco que uno podía esperar de Lee Rocker. El título del EP es elocuente, pero la selección de canciones es llamativa. Lee Rocker contó en una entrevista que en los últimos tiempos empezó a coleccionar todo tipo de instrumentos acústicos –guitarras, banjos, ukeleles, arpas, harmónicas, acordeones- y de percusión, y que finalmente decidió encerrarse en un estudio con todos sus nuevos “chiches” a tocar viejos hits que solía escuchar por la radio. Es por eso que las seis canciones del EP son todos éxitos que, tamizados por Lee Rocker, suenan un poco más country que rockabilly. Come together, de los Beatles; Ramblin’ man, de los Allman Brothers; y Honky cat, de Elton John, tienen mucha onda. City of New Orleans, de Steve Goodman y popularizada por Arlo Guthrie, es fiel a la original y su melodía queda rondando cabezas. Come dancing me pareció una fallida aproximación al original de los Kinks y Drivin’ my life away es apenas discreta. De todas maneras, es un álbum corto y entretenido. La definición perfecta de The Cover Sessions la leí en www.covermesongs.com : “A veces un disco que te hace sentir bien, también te puede hacer olvidar que no estás escuchando nada nuevo”.
2 comentarios:
que grande Setzer carajo! Gracias Martin, muchas gracias!
Cool blogpost if you ask me. Thnx a lot for sharing this data.
Craig Writeman
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