sábado, 26 de febrero de 2011

De madera

Era una noche para disfrutar solo, con un buen vino y la música fluyendo sin parar. Así como la madera que reviste los parlantes le da al sonido una calidad mayor, lo mismo pasa con determinados vinos que reposaron en barricas. Esto no quiere decir que todos los vinos que se añejan en madera sean mejores. No. Pero en el caso de este blend de Finca La Escondida 2006, el sabor y el aroma del roble hacen que este caldo de la zona mendocina de Maipú sea una exquisitez para los sentidos. Se trata de un vino con 15 meses de guarda en barrica, en el que las tres uvas que lo conforman –cabernet, syrah y merlot- lograron una fusión muy profunda, como el color que se ve en la copa. Están presentes los frutos rojos y algunas especias que no podría detallar. Entre sorbo y sorbo sonó Low country blues, de Gregg Allman; Slim’s shout, de Sunnyland Slim; y So many miles, de Chris Cain. En noches así, solitarias, el vino y la música son compañeros invalorables. Este pequeño post está destinado a preservar ese momento, inolvidable.

3 comentarios:

A solas dijo...

Me hiciste acordar a una italiana, que como pudo, en su particular español le dijo a su enamorado "No me rompas los quinotos, rompeme el corazón"

la escondida dijo...

aguante el Ferné con coca.

De Barracas al Mundo dijo...

Cuándo y cómo tomar un buen vino tienen mucho que ver con la música que acompaña. Corrijo, sin la tecla 'supr' o 'backspace'... tienen TODO que ver.