martes, 28 de noviembre de 2017

Caxias do Blues (III)

Bob Stroger (Foto Guillermo Martínez)

“Algunas personas sienten la lluvia, otras solamente se mojan”

Bob Dylan 

El sábado amanece lluvioso y nada cambia a la hora del festival. Cae agua a borbotones y los refugios dentro del predio son los dos escenarios principales, el Hot Music Stage y los bares. Ir de un lugar a otro implica mojarse mucho. El Front Porch está a la intemperie, pero la gente se agrupa ahí cubriéndose con sus pilotos y paraguas. Bob Stroger, con sus 86 años, demuestra que no hay límites cuando uno ama lo que hace: se baja a cantar entre el público, mientras Rogelio Rugilo lo sigue con el paraguas. Blues en estado puro.

Big Gilson
En el Mojo Hand se presenta una leyenda del blues brasileño. Big Gilson -una mezcla de Pappo y Luis Salinas- toca un blues con frenesí rockero que levanta hasta los muertos. Gilson es un maestro del slide y en los dos primeros temas –Long way from home y I’m tore down- agita con largos solos. Luego interpreta temas en portugués de su último disco y algunos más viejos que el público conoce y acompaña cantando. Para cada canción tiene una viola distinta, desde una hermosa resonadora eléctrica hasta la clásica Strato. “Hace unos días estuve en Londres en un homenaje al rock y al blues británico. Y este tema está dedicado a una de mis máximas influencias, el señor Peter Green”, anunció antes de interpretar Albatross.

Los Mentidores
Me voy al DDI 54 porque allí están tocando Los Mentidores y quiero ver cómo, después de tanto agitar en los días previos, llevan adelante su show. El lugar está colapsado, no entra un alma y, como me imaginaba, Iván Gómez Singh hace su show. Canta Boom boom, Hoochie coochie man y Rock me baby, y la gente lo sigue. Fernando Ormeño toma el micrófono para Don’t you lie to me y la onda mentidora no decae. Busco un lugar más tranquilo y en un salón contiguo está Flavio Guimaraes dando una clínica. Está buenísimo todo lo que cuenta y da placer escuchar sus sutiles y breves interpretaciones tanto con armónicas cromáticas como con diatónicas. Cuando salgo para ir al Magnolia stage. Los Mentidores están terminando con Johnny B. Goode y la gente baila a su ritmo.

Andrea Dawson (Foto Daniela Xu)
Como toda Big Mama, Andrea Dawson tiene una silueta voluminosa y una voz extraordinaria. Comienza cantando Wang dang doodle mientras la gente se amontona en los pocos espacios que quedan a resguardo de la lluvia en el Magnolia stage. La cantante sigue con Tina-nina-nu y luego entrelaza Big boss man, Look over yonders wall y Dust my broom. La respalda la banda de Igor Prado, pero ¡sin Igor Prado! Rodrigo Mantovani y Yuri Prado llevan una rítmica sólida y rebosante de groove, Gonzalo Araya acompaña con prestancia en armónica y Nico Simi tiene la difícil tarea de reemplazar a Igor. Intenta emularlo con mucho reverb, pero para mi gusto se pasa un poco. Dawson sigue con un repertorio clásico de blues y soul: As the years go passing by, (Sitting on) The dock of the bay y I’d rather go blind.

Nico Smoljan & his Southern Jukes
Pasadas la 1 de la mañana la oferta musical todavía es muy intensa. Elijo ir a ver el segundo show de Nico Smoljan & his Southern Jukes. Allí está Nico, sobre el escenario, enfundado en un traje negro y luciendo una gorra que le hace juego. Javier Mozzi, Mauro Bonamico y Germán Pedraza también están muy prolijos. Se lanzan con un repertorio de la década del 50 y Nico hasta sopla el kazoo. Sin dudas, Nico Smoljan es todo un referente del blues argentino en Brasil y está muy bien que así sea. Se lo ganó con talento y mucho esfuerzo. Al cuarto o quinto tema invita a Flavio Guimaraes al escenario para que cante Bad boy y luego sube Greg Wilson y, así, abre la zapada que se extenderá hasta pasadas las 7 de la mañana.

A eso de las 3, le pongo punto final a mi presencia en el festival. Me voy del DDI 54 y veo que en el Mojo Hand todavía está tocando Ian Siegal y en el Magnolia Stage hay una banda que hace covers de los Allman Brothers que ni siquiera estaba anunciada. Me dejo llevar por el ritmo de Trouble no more y cierta nostalgia. Adiós Caxias, hasta la próxima.

1 comentario:

Horacio Romero Meyer dijo...

El Rucci del rock!