“Paradise Valley sigue el estilo country-folk íntimo y se lo percibe como un compañero de Born and raised. Y eso no quiere decir que sea un trabajo inferior, por el contrario Paradise Valley es mejor que el anterior y sus canciones marcan un equilibrio entre la influencia eléctrica de Eric Clapton y su lado más soft inspirado en James Taylor”, escribió Matt Collar en su reseña para Allmusic.com.
Coincido en parte. El álbum anterior tiene muy buenas canciones, como la que da nombre al disco, así como también Something like Olivia, Queen of California y Speak for me. Por eso es difícil asegurar que Paradise Valley sea mejor. Me gusta pensar más bien que son discos hermandos y complementarios. Aquí hay que desmenuzar sus letras, en las que Mayer sigue luchando contra sus inseguridades y algunos problemas no resueltos de su vida. Letras que muestran su costado más humano y que dejan su imagen frívola a un lado.
Badge and gun es un maravilloso tema acústico, con una melodía notable y emotiva, algo similar a Dear Marie, en la que le canta a una ex novia de cuando tenía 15 años: “Soy el mismo chico que era antes, me pregunto qué sentirás cuando me ves en las tapas de las revistas”. Waiting on the day es otra bella canción, con un estribillo de esos que se nos quedan pegados casi por inercia. I will be found (Lost at sea) es hermosa y sintetiza la pluma exquisita de Mayer a la hora de componer. El álbum tiene dos invitados: su ex novia Katy Perry, con quien canta a dúo Who you love, y Frank Ocean, quien lo acompaña en Wildfire.
Una perla, la más bluseada del disco, es la versión de Call me the breeze, de J.J. Cale. Si bien ahora se la puede interpretar como un homenaje al guitarrista recientemente fallecido, lo cierto es que Mayer lo grabó antes de que eso sucediera. El cover suena muy bien y sus solos son muy sentidos. Cuando el tipo pela blues, lo hace en serio.
En definitiva, con Paradise Valley Mayer termina de definir su perfil de cantautor bucólico que inició con Born and raised y se aleja de su lado más pop de Battle studies (2009) o de su impronta soulera de Continuum (2006). Mayer siempre fue un poco impredecible y polémico y eso agigantó su fama y le valió muchas críticas. Pero no hay dudas de su talento ni de su capacidad. Lo único que le faltaba era definir su estilo y ahora parece que lo consiguió. En pocos días podremos confirmarlo en vivo en el Luna Park. Hasta entonces, John.
2 comentarios:
Escuchando en este momento
Exelente guitarrista...
Publicar un comentario