El rock & roll es dinámico y cambiante. Elvis, Hendrix, los Beatles, los Stones, Zeppelin, Pink Floyd y Creedence son apenas algunos nombres que hicieron del rock una fuerza superior en todo el mundo. Ese dinamismo, con el correr de las décadas, llevó al género a sufrir mutaciones, fusiones y desviaciones. En algunos casos esos cambios fueron reveladores y en otros verdaderos engendros. La discusión, desde hace muchos años, es si el rock & roll ha muerto o no. La innovación no siempre es evolución. También se avanza mirando hacia atrás, reescribiendo viejos sonidos con una mirada propia y una impronta actual.
Bandas como los Black Crowes, Howlin’ Rain, Blues Traveler, Black Country Communion o Royal Southern Brotherhood son algunas de las que enarbolan la bandera del rock clásico actual con garra y talento. Aquí en la Argentina no es fácil encontrar grupos que tengan una oferta diferenciadora. Pero sí está Támesis. El sábado a la noche tocaron en The Roxy, en Palermo, y mostraron solidez, entusiasmo y un gran carisma.
Támesis cuida cada detalle. La onda de los músicos está muy inspirada en los 70. El guitarrista Brian Figueroa parece Rod Stewart durante su época con los Faces y el otro violero, Julio Fabiani, con sus pantalones Oxford, recuerda a Jeff Beck en la tapa del disco Blow by blow. El cantante Guido Venegon no se queda atrás. De melena prominente y movimientos agitados, conjuga su propia voz con las de sus máximos referentes: Robert Plant y Chris Robinson.
Comenzaron con Post crucifixión, el tema de Spinetta de su época de Pescado Rabioso, con las dos guitarras alternando una furia demoledora. En apenas tres o cuatro minutos captaron la atención de todos y entonces se mandaron con la canción que da nombre a su álbum de 2011: Aprendiendo a volar es una exquisita composición que tiene la épica de las jams sureñas. Larry Normal, quien cubrió el lugar de Diego Gerez, se ocupó de las entradas del piano con mucha soltura. Si este tema tuviera letra en inglés tranquilamente podría estar en un disco de los Black Crowes o de Lynyrd Skynyrd. Siguieron con más temas propios de su primer trabajo: Canción para las batallas, Equivocado, Sigo vivo y Desperté, con Homero Tolosa marcando las pulsaciones desde la batería, Sacha Snitcosfky llevando el ritmo con el bajo sin vacilar, y Florencia Andrada y Stefania Conti conjugando armonías vocales por detrás del canto magno de Venegoni. También anticiparon un par de canciones de su próximo disco que saldrá en marzo, con el saxo de Mauro Chapa como refuerzo melódico.
Además de sus canciones hicieron otros tres covers. Una versión inmaculada de Whipping post, de los Allman Brothers, con Julio Fabiani y su slide afilado rindiendo un respetuoso tributo al gran Duane Allman; una interpretación rara y un poco frenética de Adónde está la libertad, de Pappo, que Venegoni se encargó de aclarar: “Puristas abstenerse”; y para cerrar Ramble on, de Zeppelin, con el cantante ratificando toda su admiración por Plant. Támesis sonó bárbaro y dejó en claro que es una banda contundente. Rockea, rockea y rockea mirando hacia atrás con mucho futuro por delante.
6 comentarios:
Qué bien escribe Martín! Siempre es un placer leerlo!
capoo!!!
Gran crónica del show
Gran reseña, como siempre. Gracias Martín!
La verdad cada ves mejor Támesis! Siempre es un placer verlos y escucharlos!
excelente! que bueno que se siga diciendo lo grosos que son los tamesis!
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