The Delta Saints – Death letter jubilee. Luego de dos EP’s que tuvieron relativo éxito –no tanto como el de Gary Clark Jr., claro- y gracias a la plataforma Kickstarter, para nuevos emprendimientos, los Delta Saints comenzaron a difundir su música a gran escala. Ahora, el lanzamiento del flamante álbum materializa el esfuerzo que esta banda formada en Nashville realizó durante los últimos dos años. Su música tiene elementos del blues rural mezclado con bayou rock, southern soul y una clara influencia de poderosas bandas como los Black Crowes o los Black Keys. Dos guitarras, armónica, bajo y batería es la base de este grupo que, como ellos mismos dicen, tienen mucho del Delta pero muy poco de santos. La mayoría de los temas fueron compuestos por ellos y uno de los fuertes está en la combinación bestial de la voz de Ben Ringel y la armónica profusa de Greg Hommert, así como también en la frenética guitarra de Dylan Fitch que se contrapone con el sonido más tradicional de la dobro de Ringel. The Delta Saints son una apuesta a futuro con un presente muy sólido. En Europa ya los han empezado a disfrutar en 2011 y ahora van por más.
Erja Lyytinen - Forbidden fruit. En Finlandia, su tierra natal, la llaman “La Reina del slide”. Erja Lyytinen tiene 36 años y acaba de lanzar su quinto álbum, el que promete ser la llave que le abrirá las puertas del resto del mundo. Más allá de ser dueña de una belleza natural, Erja es un muy buena cantante y guitarrista. Forbidden fruit, editado por Ruf Records, es el primer disco suyo que escucho y me dejó una buena sensación. Si bien el primer tema, Joyful misery, está pensado para sonar en las radios y tiene más de éxito pop que de blues, a partir del segundo track, Hold on together, Erja demuestra porque es considerada una de las máximas promesas europeas del blues. Es muy probable que a los puristas del blues y a los que están acostumbrados al sonido clásico este disco no les interese en absoluto, pero sin embargo muestra como una joven finlandesa puede absorber la esencia del género y darle su propia forma para que nuevos oyentes entren al mundo del blues. Entre un puñado de temas propios, con su slide quemando las cuerdas de su guitarra, se cuelan sentidas versiones de Death letter, de Son House, y Things about coming my way, de Tampa Red.
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