Estos tres discos son bien actuales. Reflejan los distintos matices, tonos y sonidos que una armónica puede alcanzar, innovando o manteniendo la tradición. Cada uno de estos álbumes tiene una particularidad estilística que los diferencia y los hace únicos. Son armónicas en buenas manos.
Johnny Sansone - The Lord is waiting and the Devil too (2011). La combinación de la armónica y la voz de Jumpin’ Johnny con la guitarra distorsionada de Anders Osborne dio como resultado este trabajo intenso y formidable. Son diez canciones en las que Sansone y Osborne redefinen el sonido blusero de Nueva Orleans, absorbiendo lo mejor de Dr. John, Coco Robicheaux y Snooks Eaglin. Aquí, como en sus discos anteriores, Sansone impregna su música de una lírica influenciada por las calles de Nueva Orleans y el sonido denso del pantano. Pero este álbum es más potente que los anteriores porque la armónica rockea por encima de la distorsión de la guitarra y del golpe abrasivo de la batería de Stanton Moore. El track que da nombre al disco fue elegido como la mejor canción de blues del año pasado por la Blues Foundation y Leavin’ es una tema instrumental exquisito en el que Sansone logra unos solos melodiosos fantásticos. Un gran álbum para deleitarse con un amonicista brillante.
Mervyn “Harmonica” Hinds - If speed was just a thought (2012). No por nada lleva ese apodo. Mervyn Hinds representa el sonido clásico, el auténtico paso del Delta del Mississippi a Chicago, como ese tren que va al norte escupiendo humo desde la locomotora. Hinds es el heredero de Junior Wells y James Cotton. Su último disco, lanzado hace semanas de manera independiente, lo encuentra interpretando 14 canciones propias, mientras sopla su armónica y aúlla como un lobo solitario en medio de una noche de luna llena. El primer tema, Calling the music spirits, es realmente fascinante. Es una especie de canto místico en el que parece que Hinds entra en trance. El resto del disco sigue en la misma onda, con algunos temas eléctricos y otros acústicos. If speed… es una verdadera cátedra de blues polvoriento y rustico, de ese que solo se puede escuchar en un verdadero jukejoint.
Jason Ricci & New Blood - Done with the Devil (2009). Jason Ricci nació en Portland, Oregon, en el extremo oeste de los Estados Unidos. Pero su estilo lo moldeó en Memphis, el vientre musical de ese país. A los 21 años ganó el concurso Sonny Boy Blues Society y tuvo una actuación descollante en el King Biscuit Blues Festival. Done with the Devil, su álbum de 2009 para el sello Eclecto Groove, es impresionante: una demostración absoluta de como un músico pude llevar la armónica a terrenos poco explorados. No se trata de un disco estrictamente de blues, aunque obviamente los hay. Cinco temas fueron compuestos por él y el resto son covers eclécticos como Enlightenment, del pianista de jazz Sun Ra; I Turned into a Martian, de los punks Misfits; y As Long as I have you, del gran Willie Dixon, en el que Ricci canta como si estuviera poseído por el espíritu de Jim Morrison. Pero sin dudas lo mejor del álbum es la versión notable de Afro Blue, un tema de Mongo Santamaría, en el que Ricci demuestra toda su versatilidad con la armónica, acompañado por un fabuloso Shawn Kellerman en guitarra. Si quieren escuchar algo diferente, este disco es ideal.
3 comentarios:
muchas gracias martin!!! el disco de snasone y el de harmonica hinds de este año no los escuche todavia... voy a tratar de conseguirlos
muchas gracias martin! Siempre un gusto leer tus lineas!
Habrá que escucharlos. El de Ricci ya lo escuche, el tipo tiene un estilo que te arrastra por el genero que se le antoja. Una polenta alucinante!
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