El nuevo disco de Joe Bonamassa es un verdadero decálogo del blues rock. Es la consagración absoluta de un artista inquieto, en constante crecimiento, que todo lo que hace es mejor que lo que ya hizo. A pocos días de su visita a Buenos Aires, el lanzamiento de Driving towards the daylight es un anticipo fabuloso para empezar a palpitar uno de los grandes shows de este año.
En su flamante álbum, Bonamassa combina viejas canciones de maestros del blues así como también de Tom Waits y Bill Withers con algunas composiciones propias, todas tamizadas con su estilo furibundo de tocar la guitarra. El disco empieza con todo: Dislocated boy tiene el sello clásico de Bonamassa: riffs poderosos, solos demenciales y voz potente. Luego sigue con un cover enérgico de Stones in my passways, de Robert Johnson. Más de 80 años separan a las dos versiones y una coincidencia las une: Bonamassa y Johnson nacieron el mismo día, el 8 de mayo. El tercer tema es la balada que da nombre al disco, se trata de una de las composiciones más sólidas, y el guitarrista suena con mucha fuerza y pasión.
Bonamassa & Harrison Whiford |
Lonely town, lonely street, de Bill Withers, mantiene el mismo beat que la original aunque la música es completamente diferente. La guitarra de Bonamassa otra vez suena demoledora y no da respiro. Heavenly soul está destinada a ser uno de sus grandes temas de su carrera. Aunque tiene alguna reminiscencia con The Ballad of John Henry, su melodía más amable. Su entonación aquí demuestra lo mucho que ha progresado con el canto.
Jimmy Barnes |
1 comentario:
discazo,TIENE TODO.
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