B.B. King tiene una larga lista de discos en vivo y algunos están entre los mejores de la historia del blues. Ahora acaba de salir Live at Royal Albert Hall 2011, su nuevo álbum, que si bien no tiene la majestuosidad de Live in Cook County Jail o Live at The Regal, es el trabajo de un hombre de 85 años que sigue haciendo lo que le gusta: tocar blues. El disco tiene algunas de esas cosas que vimos los porteños durante los shows que dio en el Luna Park, justo hace dos años. Un B.B. King más tranquilo, tocando lo justo y dialogando mucho con el público. Pero ese poco que toca es tan notable como siempre, tan único, que atravesó décadas e influyó a miles de músicos, no sólo de blues sino también de otros estilos. A B.B. King lo veneran todos.
La primera parte empieza con un B.B. muy distendido, contando alguna breve anécdota al público al comienzo de cada canción y anticipando que habrá invitados de lujo. El set empieza con I need you so, un tema de Ivory Joe Hunter, que King viene tocando en vivo desde hace varios años. Luego sigue con el clásico Key to the highway, donde sus dedos se deslizan por las cuerdas de Lucille como las manos de un hombre apasionado sobre el fino contorno de la silueta de su amante. See that my grave is kept clean, inspirada en un tema de Blind Lemon Jefferson, que B.B. grabó en su último disco de estudio, One kind favor, comienza con él recordando cómo se molestó cuando el productor T-Bone Burnett le sugirió que la incluyera en el álbum. “¿Por qué le ofreces a un hombre de 84 años un tema que se llama así?”. Esa primera parte cierra con una suave y emotiva versión de All over again.
El segundo tramo del disco trae a los invitados a escena y el resto del show se convierte en una zapada entre amigos. Luego de un comienzo en falso de Rock me baby, en el que B.B. le pide a la banda que se detenga y empiece de nuevo, presenta a Susan Tedeschi y a su marido, Derek Trucks. La canción despega con su típica cadencia, pero con el agregado del fabuloso slide del guitarrista de los Allman Brothers y la dulce entonación de Tedeschi. Casi sin darnos cuenta, Rock me baby muta a You are my sunshine. Después suben al escenario Ronnie Wood, Slash y el cantante de Simple Red, Mick Hucknall, para tocar Sweet sixsteen, que rápidamente deriva en una zapada de más de 15 minutos y que en los créditos del disco figura como B.B. jams with friends. Todos juntos siguen con The thrill is gone, con una potente sección de vientos rellenando los espacios entre los cruces de las guitarras del Rey del blues y sus amigos. El cierre del álbum es con Guess who y el himno góspel por excelencia, When the saints go marching in.
Live at Royal Albert Hall 2011 es un álbum relajado, en el que el Rey del blues se siente a gusto con su público y sus invitados. Es un disco que engrosa su extensísimo catálogo y que, en definitiva, es una nueva pieza del legado musical de uno de los intérpretes más trascendentes de la historia contemporánea.
1 comentario:
Dios salve al rey
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