jueves, 17 de noviembre de 2011

La última aventura de la Reina

Lo malo: este es el último disco de Etta James. Debido a una prolongada y gravísima enfermedad, la cantante anunció que con The Dreamer se retira del mundo de la música. Lo bueno: es un álbum fabuloso y con un sonido vintage, en el que ella no parece haber perdido el don del canto que la hizo una estrella en la década del cincuenta.

The dreamer comienza con Groove me, de King Floyd, con guitarras funky y una sección de vientos que acompañan el balanceo rítmico de una Etta encendida. Champagne & wine es uno de los dos covers que hace de Otis Redding. El otro es Cigarettes & Coffee. En ambos, se nota que ella los canta con una naturalidad asombrosa. La melodía fluye y su voz es poderosa y sutil a la vez. Algo similar pasa cuando canta Dreamer, de Bobby “Blue” Bland o In the evening, de Ray Charles. Esa combinación de blues y soul es el traje que mejor le queda.

Su interpretación de Misty blue, de Bob Montgomery, recuerda mucho a la pasión desmedida que ella le ponía al cantar I’d rather go blind (Recuerden la interpretación en vivo junto a Dr. John ¡Memorable!). También es muy emotiva Let me down easy, de Little Milton. Etta canta blues como pocas y ese, por ser el track que cierra el álbum, el último de su vida, tiene una significación especial. A otro artista al que le reversiona dos canciones es a Johnny “Guitar” Watson: Too tired tiene el espíritu texano intacto y That's the chance you take revive el recuerdo de Percy Mayfield y los años dorados. Es rara la versión de Welcome to the jungle, de los Guns N’ Roses, bah en realidad lo raro es que haya elegido ese tema para que integre el álbum. Está como descolgado. Algo parecido pasa con Boondocks, del grupo de country contemporáneo Little Big Town. Ambos suenan forzados.

La banda no tiene nombres rutilantes, pero todos son músicos híper profesionales que se amoldan al juego que plantea Etta. Entre ellos están dos de sus hijos, Sametto y Donto, que además de tocar el bajo y la batería, coproducen el disco junto al guitarrista Josh Sklair. También se destaca el otro violero, Leo Nocentelli, que fue uno de los miembros originales de los Meters, y el trompetista Lee Thornburg, ex Tower of Power y Supertramp.

Su última aventura discográfica se suma a una larga lista de álbumes que en los últimos 50 años escribieron páginas importantes de la historia musical y que influenciaron a toda una generación de cantantes que hoy no pueden ignorar que ella fue (y será) la Reina del blues y el soul.


5 comentarios:

Marcos Lenn dijo...

vamos Etta...gracias Martin!

Agustín Roca dijo...

interesante. muchas gracias.

Goyo Delta Blues dijo...

genia!

Paola Carosella dijo...

grossissima

Florencia Andrada dijo...

La amo! Viva Etta