sábado, 2 de abril de 2011

Un nevado


Hace cosa de dos meses decidí que iba a ir a Boston. Entonces empecé a googlear posibles shows en la ciudad pero no encontré nada que me llamara la atención. En una segunda búsqueda, un tanto más fina, surgió el nombre de Walter Trout, violero que tocó en los Bluesbreakers de John Mayall y quien desde hace muchos años lleva su fórmula de blues-rock por los escenarios de todo los Estados Unidos, de norte a sur y de este a oeste.

El lugar en cuestión era el Showcase Live, en Foxboro, a unos 40 minutos al sur de Boston. Recordé que en el Mundial de 1994 la Argentina jugó dos partidos allí, en el estadio de los Patriots (contra Grecia y Nigeria), y esa era la única referencia que tenia de Foxboro. Me costó llegar debido a que no hay trenes hasta allí, salvo en temporada de football americano. Llegué el jueves a la tarde. El tren me dejó en Mansfield y no tuve más remedio que tomarme un taxi: primero porque allí no hay buses y segundo porque había comenzado a nevar. Me alojé en un motel sobre la ruta, America Best Value Inn, a una milla de distancia del Showcase Live, que es parte del megacomplejo en el que está el estadio, donde también hay cines, restaurantes y comercios.

El show empezó a las ocho en punto. Walter Trout salió junto a sus músicos -Sammy Avila, en teclados; Rick Knapp, en bajo; y Michael Leasure, en batería- saludó al público y empezó a desplegar su virtuosismo con la Stratocaster. Todo fue muy intenso. Eléctrico. Furioso. Trout sigue los pasos de Hendrix y Roy Buchanan, y su estilo es comparable al de algunos otros de sus contemporáneos como Jimmy Thackery, Smokin' Joe Kubek o Coco Montoya. La guitarra es protagonista excluyente, Trout le da un trato diferencial.

En las dos horas que duró el show se despachó con temas de sus discos, entre los que incluyó su hit del año pasado Common ground, y algunos covers: As the years go passing by, Catfish blues y Going down, de Freddie King, para el explosivo bis. Hubo momentos muy interesantes: uno fue cuando le dio lugar a Sammy Avila, ex tecladista de Chris Cain, que cantó un slow blues con mucha intensidad, que hablaba de como lo usaban las mujeres, y sacó un par de solos brillantes con su hammond. Luego bromeó con que la familia de Sammy era enorme y todos sus parientes eran músicos e invitó al escenario al hijo de Sammy, Danny, quien es el plomo de la banda y además hace la segunda guitarra en algunos temas. Pero parece que a Trout le cae bien porque lo desafió a un fabuloso duelo de guitarras, del que el chico salió muy bien parado. El batero también tuvo su momento y aporreó con fuerza y ritmo todos las piezas de su instrumento.

Walter Trout no es un tipo parco. Le encanta dialogar y jugar con la gente: bromeó sobre su pasado junto a Mayall, de quien dijo que se enojaba si su banda tocaba dos temas seguidos con la misma nota e hizo gala de su mala memoria: "Les juro que no me acuerdo en cuál de mis discos está esta canción". Trout es realmente un bluesman, un guitarrista feroz, un buen showman que sigue en la ruta y que no piensa parar porque ese es su destino. Así lo demuestra en el escenario y cuando él mismo vende sus discos y sus remeras, mientras sus músicos hacen sociales o salen a fumarse un cigarrillo. Todo el show fue fabuloso, un nevadito de primavera!!!.

El recital terminó y a mi no me quedó otra que emprender la vuelta al hotel. Afuera nevaba como loco. Todo se había teñido de blanco, el frío era intenso y parecía como que el apocalipsis climático estaba por llegar de un momento a otro. Una muchacha rubia y poco amable llamó a un taxi y quince minutos después una van de esas familiares llegó a buscarme. Cuando me fui, Trout seguía vendiendo discos. Seis minutos después yo ya estaba en el hotel. Me fui a dormir con la sensación de haber visto a otro de los grandes, de esos que te dejan huella. Esa clase de tipo que tiene la pluma de la historia del blues en la mano.

2 comentarios:

blues blues blues dijo...

que grsoso trout papaaaaa

Marcelo Quintana dijo...

estaria bueno que lo traigan a el aaca. Es un violero genial. Yo tengo algunos de sus discos y la verdad que el loco se zarpa de lo bien que pela.