martes, 26 de octubre de 2010

Blues moderno: los 80

En los ochenta hubo un nuevo revival blusero. Fue impulsado por la aparición rutilante de Stevie Ray Vaughan y algunos sellos discográficos independientes, como por ejemplo Alligator Records, que hicieron un laburo fantástico al grabar a artistas nuevos surgidos de las entrañas de la noche y a otros a los que el tiempo había olvidado.

Stevie Ray Vaughan & Double Trouble – Texas flood. El impacto que causó el primer disco de SRV fue monumental. Más allá de su éxito comercial y de su permanencia en el tope de los charts durante varias semanas de 1983, Texas flood le devolvió al blues el espacio que había perdido y se convirtió en una bisagra para el género. El álbum tiene diez canciones, varias compuestas por él y otras por Buddy Guy y Howlin’ Wolf, y cada uno de esos temas son un emblema del blues moderno. SRV le abrió las puertas del blues a una nueva generación.



Albert Collins, Johnny Copeland & Robert Cray – Showdown!. Ya había antecedentes de discos en los que los productores intentaron juntar a grandes talentos. Pero muy pocos tuvieron éxito. Así, pasó sin pena ni gloria el álbum de Muddy Waters, Howlin’ Wolf y Bo Diddley o el de Dr.John, Mike Bloomfield y John Hammond. Pero esta idea de Bruce Iglauer, presidente de Alligator Records, que se materializó en 1985 fue excepcional. Los tres guitarristas lo hicieron con mucha onda y sin tratar de sobresalir uno por encima del otro. Un mención aparte merece la sección rítmica, integrada por los maestros Johnny B. Gayden y Casey Jones. El resultado fue un gran disco, muy entretenido y pilas, que luego ganó un Grammy. Albert Collins está tan sensacional como en Ice Pickin' (1978), un gran disco que me quedó afuera de la selección de los setenta.


James Cotton – Live at Antone’s. En julio de 1987 James Cotton se juntó con los guitarristas Luther Tucker y Matt Murphy, y parte de la banda de Muddy Waters: Pinetop Perkins, Calvin Jones y Willie Smith. El show, grabado en el mítico bar de Austin, pese a ser en Texas, es una celebración del blues más tradicional de Chicago. Todos los músicos suenan en gran forma, muy compenetrados y pasándola bien. Es un gran homenaje a los grandes de los cincuenta y la versión de Juke es genial.





George Thorogood & The Destroyers – Bad to the bone. El muchacho malo de Delaware, con su blues duro de pequeños bares, tuvo su oportunidad de grabar para una gran discográfica –Capìtol- en 1982. El resultado fue Bad to the bone. El tema que dio nombre al disco es un blues rabioso y festivo, que se coló entre los oyentes de otros tipos de música. Thorogood se hizo relativamente conocido por esa canción, pero el resto del disco no era de relleno. Hay versiones muy buenas de temas de Dylan, Jimmy Reed, John Lee Hooker, Albert King y Chuck Berry.



Stevie Ray Vaughan & Double Trouble – Couldn’t stand the weather. SRV realmente fue revolucionario, una especie de Che Guevara blusero, que murió en su ley, muy joven, cuando todavía tenía mucho para dar. Pero así también se construyen los mitos y las leyendas. Y eso es lo que es SRV hoy. Hace muchos años vi por MTV el video del tema Couldn’t stand the weather y me volvió loco. ¡Lo grosso que fue después escuchar por primera vez el disco! Cuando salió, en 1984, algunos lo consideraron una decepción, en relación a Texas flood. Pero yo creo que es la continuación perfecta y con el tiempo se volvió un clásico.



Magic Slim & The Teardrops – Raw Magic. Este fue el cuarto o quinto cd que compré en mi vida. Cuando pagué los 18 pesos que costó, la única referencia de Magic Slim que tenía era la que veía en la portada del disco. Al escucharlo cantar la primera estrofa de You can’t lose what you ain’t never had comprendí de qué se trataba. Era el sonido del whisky opacando el recuerdo de la dura realidad. Era blues en estado puro, con el corazón quemado de tanto arder de dolor. El disco –editado en 1983 por Alligátor- es también excelente: hay muy grandes versiones de Gravel road, Mustang Sally y Mama talk to your daughter.


Clarence “Gatemouth” Brown – Standing my ground. No es casual que este álbum haya sido grabado y producido por Alligator Records (en 1989). El sello editó muchos de los mejores discos de la década. Aquí, “Gatemouth” se despacha con un combo de blues, jazz, country y zydeko en el que despliega sus dotes como instrumentista: toca la guitarra, el violín, el piano y la batería. Un trabajo muy interesante y diferente a los demás discos de esta lista. La versión de Got my mojo working es muy funky y distinta a la que interpretan las bandas de blues chicago style.




Sunnyland Slim – Be careful how you vote. Sunnyland Slim fue uno de los pioneros del blues de Chicago. Este disco del sello Earwig, que recopila temas grabados entre 1981 y 1983, cuenta con la participación de varios guitarristas excelentes como Magic Slim, Lurrie Bell, Eddie Taylor y Hubert Sumlin. De todas maneras, lo mejor es la forma visceral de tocar y cantar de Sunnyland Slim, un verdadero “puntero” del blues.





Anson Funderburgh & Sam Myers - My love is here to stay. En agosto de 1984 el sello Black Top juntó en un estudio a una joven promesa de la guitarra texana, Funderburgh, y a un veterano de la armónica, Myers. Y el resultado fue una dupla exquisita, capaz de sacarle brillo al shuffle. Siguiendo la receta de los Thunderbirds, y aprovechando que ellos se estaban volviendo muy comerciales, Funderbergh y Myers se convirtieron en the real deal y tocaron juntos durante casi dos décadas.




Robben Ford – Mama talk to your daughter. Es probable que su mejor disco solista sea Mystic mile o Handful of blues, pero Mama talk to your daughter tiene algo tan increíble como cautivante. Se trata de un blues sofisticado, armónico, con solos muy profundos, que se funden a la perfección con la voz estelar de Ford. El disco, lanzado por Warner en 1988, es realmente definitivo para la época. Por entonces, Ford no era ningún improvisado: ya había tocado con Miles Davis, Joni Mitchell, Jimmy Whiterspoon, Charlie Musselwhite y liderado su banda familiar, The Charles Ford Blues Band.

1 comentario:

Mariano Lugo dijo...

Coincido en la mayoría de los discos, tal vez reemplazaría a alguno, pero debo admitir que hasta ahora la selección y las explicaciones son inobjetables. Saludos!!! Muy bueno el blog