El denominador común de Viaje de Blues es la autorreferencialidad, algo que era esperable viniendo de Adrián Flores, pero también, y esto hay que decirlo, es un libro necesario para los amantes del blues, porque es la síntesis de la relación de un hombre que, a un costo alto, dejó todo de lado por la música que lo apasiona. En la vida de Adrián Flores, por lo que se desprende de estas páginas, no hay grises, es todo blanco o negro… y ya sabemos qué color elige él.
Viaje de
Blues no tiene un hilo narrativo y carece de edición. Eso queda en evidencia
con los múltiples saltos temporales y geográficos; y por temas a los que le
falta desarrollo y quedan colgados. Pero de todas maneras resulta un libro ameno.
Y ese es un gran mérito de Javier “Ciego” Goffman, que realizó una tarea
titánica en captar la voz de Flores y plasmarla en papel. Al pasar las páginas,
el lector no piensa en que lo escribió otro, sino que hasta puede percibir el
vozarrón de Flores en cada una de las historias. Es Flores en todo su
esplendor: dogmático, irascible e intolerante, pero también coherente consigo
mismo, agradecido con sus amigos y muy comprometido con su causa.
Es cierto
que todas las historias están repletas de subjetividades y es probable que
otros protagonistas de esos hechos tengan recuerdos distintos, sin embargo, lo
llamativo son los detalles que rescata, como por ejemplo que un músico tenía la
camisa manchada o lo que decía otro cuando se quejaba de lo mal que se maneja
en Sudamérica. Y esos pequeños detalles engrandecen al libro.
Años de Vendimia (1985) |
Su vocabulario clásico, como “monigote”, “chingui chingui”, “turistas”, “salchicha”, "toca huevos" “pizzero”, “viudas de bogan” y “barbudos”, que utiliza en exceso en redes para descalificar, aquí aparece en cuenta gotas lo cual es otro mérito de Goffman, que no necesitó recurrir a esas palabras para darle forma a la voz del protagonista.
Adrián Flores y James Cotton (1994) |
Otra cosa
que se desprende de la lectura es que a lo largo de los años hubo mucha improvisación
de su parte en la organización de shows, especialmente por falta de previsión en aspectos
contractuales y logísticos. Lo más llamativo es que revela que en algún momento
le ofrecieron producir un show de John Fogerty en la Argentina y lo rechazó
porque solo se quería dedicar a traer músicos negros de blues, algo que cumplió
a rajatabla salvo por una producción que se atribuye de Bruce Ewan.
El libro
viene acompañado por fotos, que lamentablemente no se aprecian porque la
calidad de impresión no es la mejor, aunque son las mismas que publica desde siempre en su
perfil de Facebook.
Pero las
anécdotas con los bluesmen, tanto aquí en Buenos Aires como en Chicago o en
Brasil, son muy interesantes. Logró retratar sus estilos de vida, especialmente en la ruta, pero la falta
de hilo narrativo, que nos lleva de acá para allá, con saltos hacia adelante y
vueltas atrás, por momentos desorienta. El problema más evidente de la falta de
edición vuelve a aparecer sobre el final cuando por segunda vez relata la
anécdota en la que “David Espectro”, como llama a Dave Specter, se olvidó de
invitar a tocar a Lurrie Bell en un evento en Chicago.
Viaje de
Blues es un libro que Flores pensó para reivindicarse a sí mismo, pero que
Goffman logró volverlo más placentero con su pluma. Más allá de los conciertos
que organizó, los discos que produjo y los programas de radio que condujo, lo más interesante está en sus historias
con los músicos, eso que probablemente ningún otro argentino, vivió tanto como
él.
6 comentarios:
Este es el pajarón ese de la mafia del blues?
Bien Martin.
buena crítica, espero leerlo pronto... saludos Martín !
A veces uno ve un partido tipo Talleres-Belgrano y se pone a fantasear con alguna manera en la que los dos pierdan 2 a 0.
Admirable reseña Martín y el titulo "Flores para si mismo" de antologia 😆
Felicitaciones al redactor de un libro tan necesario cómo parte del registro historiográfico del Blues en Latinoamérica y doble mérito porque lo hace como una especie de un ícono insufrible (no lo conozco personalmente pero se de sus manejos en Mafia Blues) y no debe ser poca cosa tratar de generar un hilo conductor en una narrativa. Y usted Sassone excelente gesto de justicia y altura con quién s usted y Gabriel Graztser sólo recibieron palos y desmeritos en su trabajo "Bien al sur"
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