No llegó a cumplir 27 años, la edad de la tragedia en el rock. El mundo todavía estaba en shock por las muertes de Jimi Hendrix (18 de septiembre) y Janis Joplin (4 de octubre) cuando Baby Huey falleció el 28 de octubre de 1970. Claro que, en comparación con los otros dos artistas, Baby Huey no tenía trascendencia a nivel nacional e internacional y su zona de influencia se limitaba a Chicago y alrededores. Al igual que Janis, había terminado de grabar un disco. Pearl, el álbum póstumo de la cantante, se convirtió en un gran éxito, principalmente por el tema Me and Bobby McGhee. En cambio, The Baby Huey Story: The Living Legend no fue un gran suceso comercial, pero sí un testamento musical formidable.
James Ramey había nacido en Richmond, Indiana, el 17 de agosto de 1944. De niño sufrió un problema glandular que lo obligó a convivir por el resto de su vida con un sobrepeso brutal. A los 15 años, ya pesaba 130 kilos y con el tiempo la balanza llegó a marcar 180. Ese cuerpo extremadamente voluminoso, que sobresalía en cualquier ámbito, contrastaba con la dulzura y naturalidad de su voz.
La carrera de Ramey comenzó en el amanecer de la década del sesenta en un grupo de rock and roll y R&B que se llamaba The Vets, que solía tocar en el área de Richmond. Su voz y su performance arriba del escenario pronto generaron una grieta entre los miembros de la banda que no vieron con buenos ojos su creciente protagonismo. Fue así como, junto al tecladista Melvyn “Deacon” Jones -sí, el mismo que tocó con John Lee Hooker, Freddie King y Pappo- decidieron armar su propio proyecto. Así nació Baby Huey & The Babysitters. El apodo surgió por un dibujito animado de Paramount Pictures muy popular desde la década del cincuenta, cuyo protagonista era un pato grandulón que siempre estaba vestido como un bebé.
El debut de la banda ante un público numeroso ocurrió en el verano de 1963, en un festival al aire libre en Dayton, Ohio. La gente quedó encantada con el carisma y la voz de Baby Huey pero también se llevó un gran susto cuando éste se desplomó sobre el escenario. Su cuerpo, inmanejable, comenzaba a pasarle factura. En los meses siguientes, Baby Huey y Jones viajaron a Detroit para una audición en el popular sello Motown, pero fueron rechazados. El grupo sufrió algunos cambios y debió rearmarse. El siguiente paso fue Chicago. Allí, donde predominaban el blues y el jazz, la banda buscó diferenciarse con un marcado sonido de R&B y rock and roll.
En 1965, Baby Huey grabó dos singles para el pequeño sello St. Lawrence Records. El primero fue Monkey man-Beg me y el segundo Messin’ with the kid-Just being careful. Por ese entonces, también se consolidó como artista destacado del Thumbs Up, un pequeño bar ubicado al norte de la ciudad. Ya en 1968, la banda era un éxito en Chicago y, gracias a dos cazatalentos que los vieron en vivo, se fueron a tocar primero a Nueva York y luego a Las Vegas. Influenciado por el sonido de Sly & The Family Stone y una creciente psicodelia, Ramey le dio un nuevo giro al sonido de la banda y así llegaron a manos de Donny Hathaway, de Curtom Records, la compañía discográfica de Curtis Mayfield.
En paralelo a su crecimiento como músico profesional, Baby Huey comenzó a abusar de las drogas duras, que para nada ayudaron a su ya deteriorada salud. En 1970, pese a cierta resistencia de Mayfield por el estado físico y anímico del cantante, firmaron contrato para grabar el primer disco. El repertorio incluyó tres canciones que compuso Mayfield -Running, Hard times y Mighty, mighty-, covers de A change is gonna come y California dreamin’ (instrumental), dos composiciones de Ramey -Mama get yourself together y One dragon, two dragon- y Listen to me, una extraordinaria fusión de psicodelia y soul.
El disco fue editado en febrero de 1971, pero él nunca llegó a verlo en las bateas. Tres meses antes murió de sobredosis en un hotel de Chicago. The Baby Huey Story: The Living Legend no vendió lo esperado pero su música e influencia sobrevivieron a su tiempo y se convirtió en un disco de culto del soul y entre la incipiente movida del hip hop que aparecería luego. Deacon Jones siguió su carrera más ligado al blues, con varias giras por la Argentina y los Babysitters sumaron a una joven Chaka Khan para reemplazar al difunto Ramey.
Apenas un disco de ocho canciones y otros cuatro temas anteriores conforman el legado musical de este gran vocalista, que no llegó a ocupar el lugar de Otis Redding, como se esperaba, pero que sentó las bases de lo que vendría después en la música negra.