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El sábado a la noche se presentaron en vivo en Mr. Jones, en el marco de una gira por la Argentina que incluyó otros tres shows en territorio bonaerense. Y no hicieron otra cosa que ratificar su compromiso y respeto con la historia más sagrada del blues como lo hicieron en su flamante disco Walkin’ USA.
El show comenzó a la medianoche y abrieron con Nobody but you, tema que Little Walter grabó originalmente para el sello Chess. Joe Marhofer desplegó unas líneas de su Hohner Marine Band muy contundentes y amplificó su voz con el micrófono de la armónica, como lo haría durante casi todas las canciones que cantó. A su lado, Ricardo Maca, vestido como un verdadero bluesman de la década del 50, empezó a mostrar su versatilidad con las seis cuerdas de una reluciente Epiphone Casino gold top. La rítmica, conformada por Arthur “Catuto” Garcia en contrabajo y Leandro “Carveta” Barbera en batería, mantuvo una base con mucha disciplina y swing.
Párrafo aparte merece Catuto, que toca un contrabajo italiano con cuerdas de tripa que tiene un sonido retro que no se escucha habitualmente. Lo maneja con una soltura y naturalidad que parece que pesa lo mismo que una pluma, cuando en realidad es un armatoste denso y poco maniobrable. Un detalle: sobre el final del show, en un par de ocasiones, levantó el contrabajo por encima de su hombro, inclinó su cuerpo y se mandó unos solos muy viscerales.
Algunos de los temas que interpretaron en las dos horas que duró el show fueron Keep your hands out of my pocket, de Sonny Boy Williamson; It was a dream, de John Brim; Muskadine blues, de Little Walter; You don’t have to go, de Jimmy Reed; y Mean old train, de Otis Spann. Algunos los cantó Marhofer, con una voz potente y áspera, y otros Maca, más modelado y melódico.
La banda invitó a algunos amigos al escenario. Primero fue Nico Smoljan que interpretó con su armónica Telephone blues, de George Smith, y luego cantó Tomorrow night, de Junior Wells. Después le tocó el turno a Mariano D’Andrea, que le hizo frente a las cuerdas de tripa con garra, aunque cuando terminó sacudió su mano expresando dolor. Matías Cipilliano se lució con la Epiphone de Maca en The things I used to do, que a continuación pasó a manos de Daniel De Vita. Los brasileños cerraron con un boogie a toda máquina y volvieron al escenario, por el bullicio de la gente, para interpretar Somebody knocking at my door, de Howlin’ Wolf.
Durante dos horas, los Headcutters convirtieron a Mr. Jones en un bar del sur de Chicago de los 50, como Theresa’s, y grabaron lo que probablemente sea su próximo disco en vivo. Fue una performance notable de un grupo que rescata el pasado garantizando el futuro del blues.
3 comentarios:
Bien Martin, muy buena crónica para los que no pudimos estar ahí.
Excelente reseña Martín, abrazo.
Gracias por venir Martin.Abrazo
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