Durante sus últimos meses de vida, Johnny Winter no paró de tocar. Siguió con su gira por los Estados Unidos y Europa, y el tiempo que no estuvo en la ruta lo pasó recluido en los estudios Carriage House, en Connecticut, grabando el trabajo que estaba pensado como la continuidad de Roots (2011), pero que terminó siendo su álbum póstumo. Step back es un gran disco y cobra un nuevo sentido ante el vacío de su ausencia.
Producido por Paul Nelson y editado por Megaforce Records, el álbum tiene 13 temas en los que Winter deja su alma al desnudo, con interpretaciones viscerales, tanto desde lo vocal como desde las seis cuerdas. Al igual que en Roots, el viejo maestro invitó a una selección de músicos para jerarquizar la producción, pero aquí se propuso –y lo logró- recrear con las canciones una guía de viaje por los lugares más emblemáticos del blues: Mississippi, Chicago, Texas, Nueva Orleans y Memphis.
El primer tema es una verdadera novedad: Winter se zambulle en Unchain my heart, el clásico de Ray Charles que popularizó Joe Cocker, respaldado por un coro femenino con mucho soul y la sección de vientos de los Blues Brothers, con Tom Malone y Lou Marini como principales figuras. Luego, junto a Ben Harper, interpretan una arrolladora versión Can’t hold out (Talk to me baby), de Elmore James, en la que además de combinar voces, entrelazan sus slides, el albino desde su guitarra Firebird y Harper desde su lap steel.
Eric Clapton y Winter cruzan filosos solos en I don’t want no woman, de Bobby “Blue” Bland; en Killing floor, de Howlin Wolf, el tornado texano deja que florezcan Paul Nelson con su guitarra y su amigo Frank Latorre en armónica; y en Who do you love, de Bo Diddley no hay invitados, pero si una exquisita mezcla de guitarras con un ritmo atrapante. Las seis cuerdas entran en un frenesí endemoniado cuando Brian Setzer, ex Stray Cats, se suma en Okie dokie stomp, con los vientos de los Blues Brothers como colchón rítmico.
Además de Nelson, completan la banda el pianista Mike DiMeo, el bajista Scott Spray y el baterista Tommy Curiale.
En Where can you be, de Jimmy Reed, Winter y Billy Gibbons, de ZZ Top, ponen a Texas de pie con unos punteos extraordinarios. Algo similar sucede en el track siguiente cuando une su talento con el virtuosismo de Joe Bonamassa en los casi ocho minutos que dura la majestuosa Sweet sixteen, de B.B. King, una vez más con el aporte de los vientos a cargo de Malone y Marini. Tal vez el momento más profundo y significativo de todo el álbum es cuando Winter desciende a las aguas barrosas del Mississippi con una national steel guitar y encara la estremecedora Death letter, de Son House. El último tramo del álbum encuentra a la leyenda junto a Jason Ricci rindiendo tributo a Little Walter con My babe; y elevando octanos rockeros con Long tall sally y la guitarra furiosa de Leslie West, más una enérgica versión de Mojo hand acompañado por el guitarrista de Aerosmith, Joe Perry. En el final suena el piano de Dr. John en una emotiva Blue Monday, de Fats Domino.
Step back deja en claro que nunca más se podrá hablar de él en pasado, porque si bien ya no está físicamente, su música lo trasciende. Johnny Winter fue una leyenda en vida y un ícono absoluto del blues. El 26 de julio dio un paso a la inmortalidad y desde ese sitio intangible nos ilumina a todos con su música.
8 comentarios:
Buenisimo Martin! Muchas Gracias!!!
Gracias Martín!!! Abrazo!!!
uuuh me lo recordas y me pone triste.
Bonito homenaje a nuestro querido Juanito Invierno...un disco estupendo; aunque a mí me hubiese valido con la versión que hace con el corazón de "Death Letter". Cada día lo echaremos más de menos. Saludos y enlace tu entrada en mi blog, gracias y un abrazo.
ese dia llore y tuve que grabar, un gran dolor de verdad que se halla ido
excelente homenaje..
muchas gracias
Cristian Cts un innovador desde su albun del año 68 The Progressive Blues Experiment (1969). hasta hoy en día todo un visionario...
Atrapante album!!
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