Robert Cray – Nothing but love. El nuevo disco del distinguido guitarrista es realmente estimulante. Las canciones hablan sobre amor, ¡claro!, y muchas de las situaciones complejas que eso trae aparejado: rupturas, desengaños, soledad. Won’t be coming home, Sadder days, Fix this y I'll always remember you, son algunos de esos ejemplos. La voz de Robert Cray suena atrapante y seductora, su guitarra está más pura que nunca y las melodías souleadas son un placer. Lo acompañan sus fieles laderos: Richard Cousins (bajo), Tony Braunagel (batería) y Jim Pugh (teclados). En algunos temas se suman los vientos a cargo de Lee Thornberg. Si bien el álbum está en la línea de This time, su último registro de estudio de 2009, aquí la producción corre por cuenta de Kevin Shirley, el responsable de algunos de los discos de Joe Bonamassa solista o junto a Black Country Communion. Los fanáticos de Robert Cray van a escuchar Nothing but love sin parar y los demás lo van a disfrutar muchísimo, porque es música sentida interpretada por un verdadero maestro. Y no se pierdan el bonus track, una aguerrida versión en vivo de You belong to me.
Magic Slim & The Teardrops – Bad boy. No hay nada novedoso en el último álbum de Magic Slim. Y eso, con este artista, es una buena noticia. De algunos músicos uno puede esperar sorpresas, pero no en el caso de este viejo guerrero de mil batallas. Magic Slim es la esencia misma del blues de Chicago. El sonido de su guitarra es demoledor, así como también lo es su forma de cantar. Aquí, acompañado por sus eternos Teardrops, aborda doce temas, entre los que hay clásicos como la provocadora Someone else is steppin' in (Denise LaSalle), Champagne and reefer (Muddy Waters), Matchbox blues (Albert King) y How much more long (J.B. Lenoir). También hace una nueva versión de Highway is my home, la anterior la había grabado en el disco homónimo de 1978. Bad boy fue editado por el sello Blind Pig y es un registro notable del poder del blues eléctrico. Magic Slim está más vigoroso que nunca y eso se nota en cada acorde, en cada solo, en cada rugido que emite.
Smokin’ Joe Kubel & B’Nois King – Close to the bone. El título refiere a la manera de sentir el blues que tienen estos dos viejos bluesmen, bien hasta sus huesos. Casi nadie esperaba que estos experimentados músicos, que desarrollaron toda su carrera tocando shuffle y blues texano bien eléctrico, bajaran varios cambios hasta lograr desenchufar sus guitarras. Su debut para el sello Delta Groove es un unplugged enérgico y alucinante, en donde hay algunos blues ejecutados de manera tradicional, como Drowning in red ink o Mama’s bad luck child. Pero también hay otros acústicos menos convencionales como Poor boy blues, donde Kubek logra unos solos realmente inverosímiles, o My best friend, con una melodía conmovedora y unos licks muy novedosos. El sonido acústico les da más frescura y revitaliza lo que vienen haciendo desde hace 20 años. Aquí, además, contaron con las colaboraciones de algunos buenos amigos como Kirk Fletcher, Bob Corritore, Lynwood Slim y Shawn Pittman.
5 comentarios:
gracias!
Discazo!!
Hacia tiempo que no disfrutaba tanto de un disco del gran Robert, puede que la producción haya tenido algo que ver o simplemente que lo echaba de menos despues de tan grandes momentos vividos tras sus surcos.
Me apunto los otros dos.
Un saludo
El disco de Robert Cry es una delicia, blues y soul cogidos de la mano con un tan buen gusto que no creo que, en la actualidad, haya nadie que se le pueda igualar. De lo mejor del año.
hoy estuve escuchando el de Robert..
por ahora el bonus track es mi favorito
Publicar un comentario