Este fin de semana estuve revolviendo en mi discografía y me sumergí en el blues de Chicago de la década del 60. Entre todo lo que escuché, me quedé prendido especialmente de estos tres discos, que definen el sonido de un lugar y una época determinada.
Otis 'Smokey' Smothers - Sings the back porch blues. Smothers llegó a Chicago desde el Mississippi a mediados de los 40. Diez años después fue contratado como segundo guitarrista por Howlin’ Wolf. El shuffle emocional y sencillo de Smothers captó la atención del sello Federal, y a fines de la década del 50 le hizo un contrato que no pudo rechazar. Entre 1961 y 1962 participó de las sesiones de este disco junto a Freddie King. Sings… es uno de los álbumes más codiciados por los seguidores del blues de Chicago y especialmente por los fanáticos de Freddie King, en su faceta de segundo guitarrista. Si bien fue reeditado en cd por el sello Ace en 2002, nunca fue un álbum fácil de conseguir y sigue siendo una figurita difícil al día de hoy. El disco mantiene un ritmo cansino, al mejor estilo Jimmy Reed, pero en el que Smothers demuestra todo su potencial. El cd tiene las doce canciones originales del álbum más una decena de versiones alternativas y un par de tracks que fueron grabados en 1963. Una joya imperdible.
John Littlejohn – Chicago Blues Stars. Su verdadero nombre era John Funchees y antes de instalarse en Chicago peregrinó por varios lados: Jackson, Mississippi; Rochester, Nueva York; y Gary, Indiana. Su estilo es una mezcla entre el blues crudo del Delta y el sonido eléctrico de la ciudad del viento, influenciado principalmente por Elmore James. John Littlejohn fue un maestro del slide y este disco, editado por el sello Arhoolie en 1969, es una buena muestra de todo su talento. Si bien muchos de los temas fueron escritos por él, la canción que lo define es Kiddeo, de Brook Benton. Además hay covers de Elmore James (Shake your Money maker), J.B. Lenoir (How much more long), Willie Dixon (What in the world you goin’ to do) y Muddy Waters (Catfish blues). La banda que lo acompaña está compuesta con guitarra rítmica, bajo, batería y dos saxos, aunque ninguno de ellos es conocido. Si lo es uno de los coproductores del álbum: el legendario Willie Dixon.
Luther Allison – Love me mama. La interpretación de Luther Allison es tan poderosa y cruda que hace de este disco una verdadera reliquia del blues del West Side de Chicago. Allison desangra cada una de las 14 canciones, entre los que hay temas de Eddie Boyd, Fats Domino, Elmore James, B.B. King y Howlin’ Wolf. Si bien lo que hace con la guitarra es fantástico, es más tremendo aún lo que logra cantando, los registros que alcanza y la vertiginosidad con la que vive cada canción. Sólo hay que escuchar cómo ruge angustia en Five long years o The sky is crying para entender de qué se trata el blues. La banda se acopla muy bien, principalmente por el trabajo del bajista Robert “Mojo” Elem y la segunda guitarra de Jimmy Dawkins. Bobby Davis (batería) y Jimmy Conley (saxo) completan la formación. Love me mama, grabado en 1969 y editado por el sello Delmark, fue apenas el primer álbum de su tremenda carrera.
1 comentario:
el violero del lobo
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