Dion – Tank full of blues. Con este disco, Dion completa la trilogía blusera que inicio en 2005 con Bronx in blue y que siguió con Son of Skip James dos años después. Este álbum está en la misma línea que los anteriores, aunque aquí la diferencia es que Dion se adaptó a un trío, compuso la mayoría de las canciones y produjo el disco. A todo eso se le suma una mejora interpretativa notable, especialmente en los solos de guitarra, pero también su voz suena más suelta y cómoda. Dion, que tuvo su época de gloria junto a los Belmonts allá atrás en el tiempo, eligió el blues para seguir adelante. Completamente absorbido por el embrujo de viejas glorias –Muddy Waters, Jimmy Reed, Robert Johnson-, Dion amasa historias en formato de canción que componen un trabajo sólido que no sólo atrapará a los bluseros de siempre, sino que también puede servir para acercar a más gente al mundo azul. Tank full of blues es un álbum fabuloso, de esos que merecen mucho más que un paso austero por la posteridad.
Paul McCartney - Kisses on the bottom. No se puede decir que el último disco del ex beatle sea malo. No lo es. Pero tampoco es revelador. Suena bien, pero se nota que tiene una impronta muy comercial y un tanto kitsch. McCartney dijo que estas eran las canciones que escuchaba cuando era chico. Puede ser: los temas son de esa época previa al estallido del rock and roll. La música es agradable, las canciones son lindas. Pero nada más. Podría ser la banda de sonido de una novela de Claudia Piñeiro. Cancionero lavadito, apto para todo público. A ver… no dejen de escucharlo. Musicalmente está reforzado por personajes como Eric Clapton, Stevie Wonder, John Pizzarelli, Christian McBride y Diana Krall. De hecho, el álbum podría ser de Krall con McCartney como invitado. Es música de fondo ideal para cincuentones que gustan tomar una copa de cognac después de cenar. Ellos lo van a saber disfrutarlo. Ahora si buscas la continuidad de Chaos and creation in the backyard y Memory almost full acá no la vas a encontrar.
Van Halen - A different kind of truth. Los fanáticos tuvieron que esperar 14 años para volver a tener en sus manos un disco de la banda. Y encima este viene con un plus: el regreso del genial David Lee Roth. Sí, Diamond Dave junto a Eddie Van Halen. Un encuentro soñado. El resultado es un álbum bien agresivo, energético y volátil. El primer tema, Tatoo, es tan Van Halen que despeja dudas desde el mero comienzo. Sigue con más vorágine eléctrica: She’s the woman, You and your blues y China town, donde el virtuosismo de Eddie entra en el túnel del tiempo sin escala a la época dorada de la banda. Blood and fire tiene un comienzo acústico que degenera en miles de volteos con David Lee Roth aullando como sólo él sabe hacerlo. Stay frosty es su nueva aproximación al blues y el comienzo suena como el viejo Ice cream man. A different kind of truth no tiene desperdicio. No se trata de Van Halen copiándose a sí mismo, sino que se están reinventando sin eludir su pasado.
2 comentarios:
Nuevo disco también de Ringo Starr, con algunos temas interesantes.
¿Es el mismo Dion que hacía The Wanderer en los 60?
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