El sitio Allmusic.com define a Ruthie Foster como “el secreto mejor guardado de la escena de blues y góspel de la última década”. Luego apunta que con su disco The truth according to Ruthie Foster, que fue nominado a un premio Grammy, logró el reconocimiento masivo que le hacía falta, al menos en Estados Unidos. Por estos lados, su nombre sigue sin ser muy conocido. Pero resulta que ya lleva muchos años de carrera: editó seis discos de estudio y dos en vivo, el último en el célebre bar de Austin, Antone´s. Let it burn, su último trabajo está a la altura de los anteriores y está teniendo una amplia difusión. Basta con escuchar la prestancia y el feeling de su voz en cada uno de los temas del álbum para darnos cuenta de que Foster es una de las mejores cantantes del momento.
Let it burn no es un disco de blues. Es una paleta de colores de lo mejor de la música de raíces. Tiene algo de blues, claro, pero se nutre más del góspel, soul, R&B, folk, country y rock. Apenas tres de los trece temas fueron compuestos por ella, lo cual demuestra que por ahora su fuerte es la interpretación y que la composición es algo que tiene trabajar más.
Con The truth… inició un camino que parece que, por ahora, no va a dejar. Hasta entonces, 2009, se presentaba como cantante y guitarrista. Pero en ese álbum no tocó la guitarra y ahora vuelve a repetir la misma fórmula: disponer de todo su potencial para conseguir los mejores registros vocales. No parece ser algo menor si tomamos nota de que para los coros de Let it burn eligió, nada más y nada menos, que a los Blind Boys of Alabama. La instrumentación quedó a cargo de la sección rítmica de los Meters, la poderosa banda funk de Nueva Orleans, junto al guitarrista Dave Easley, el saxofonista James Rivers y el tecladista Ike Stubblefield, quien le exprime todo el groove a un Hammond B3.
De sus tres temas, el mejor me pareció el spiritual Lord remenber me: su voz se cruza casi de manera mística con la de los Blind Boys. En Aim for the heart suena casi como la heredera de Aretha Franklin. Los covers son muy interesantes porque ella logra, en la mayoría de los casos, reconvertirlos e imprimirles su propio sello. Así, el clásico de Johnny Cash, Ring of fire, suena tan dulce que casi parece otra canción. It makes no difference, de The Band, está en la línea de la original y, tal vez porque es una de las melodías más hermosas de la historia del rock, ella y el productor John Chelew decidieron ablandarla un poco más. Hay un par de elecciones curiosas, más que nada porque son temas relativamente nuevos. Uno es el cover de Set fire to the rain, tema que Adele incluyó en su multipremiado disco 21. El otro es Everlasting light, con el que los Black Keys abren su álbum de 2010, Brothers. Otras interpretaciones son más esperables pero también son muy buenas: Long time coming, de David Crosby; Don’t want to know, de John Martyn; e If I had a hammer, de Pete Seeger, mucho más jazzy que la original. Las otras versiones que completan el disco son This time, de Los Lobos; You don’t miss your wáter, de William Bell; y la tradicional The Titanic.
Ruthie Foster es una esponja que absorbe todo lo que escucha, baraja y da de nuevo. Y hasta ahora le viene saliendo cada vez mejor. En cuanto a eso le sume mayor compromiso a la hora de escribir sus propias canciones, estaremos finalmente ante una artista enorme.
2 comentarios:
esta mujer lleva un discazo tras otro, imparable. Es una gozada oirla cantar. un saludo,
Buenisimo martin!espero conseguir los otros discos..solo tengo el disco en vivo y tremendo!!!abrazo!!
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