Este disco de Warren Haynes no se parece en nada a lo que grabó con los Allman Brothers, Gov’t Mule o en su álbum solista de 1993, Tales of ordinary madness. Pero que sea diferente no lo hace malo. Todo lo contrario, Man in motion es un trabajo sorprendente en el que Haynes moldea su voz y su solos al soul y el funky de los años sesenta, pero con una impronta muy actual. Y no se trata de un disco tibio o de un producto para el mercado del R&B, ¡para nada! Es pura potencia, con un groove tan contagioso que realmente se torna adictivo.La guitarra está presente en las diez canciones del álbum. Su voz tiene tanto feeling que por momentos parece como que estuviera poseído por Bobby Womack. Por momentos, para añadirle más dulzura a algunas estrofas o más soltura a los coros, aparece el aporte de la cantante Ruthie Foster. Después hay un sostén rítmico entre los teclados que alternan Ivan Neville y el ex Faces y colaborador stone, Ian McLagan. Los vientos, comandados por Ron Hollway, son otro aspecto destacado de la producción del álbum, a cargo de Haynes y Gordie Johnson. George Porter Jr., en bajo, y Terrence Higgins, en batería, marcan la base de Man in motion y complementan la formación.
En una entrevista al sitio JamBase, Haynes contó que para éste álbum se inspiró en la música que escuchaba cuando era joven. “Esto es lo que amo y lo que realmente me impactó cuando era chico: Wilson Pickett, Otis Redding y la verdadera y cruda música soul”. Pero según explicó, el trabajo no fue sencillo, ya que no quería que sonara viejo o fuera de época. “Por eso traté de elegir material original para no caer en un tributo a la música soul del pasado. Para mí, era más importante crear nuevas canciones que copiar elementos de los comienzos del soul, blues o rock”, añadió.
De los diez temas, nueve son composiciones propias. Algunas de hace más de diez años pero que nunca tuvo la oportunidad de grabar. Hay un solo cover: se trata de Everyday will be like a Holiday, hit del cantante del sello Stax William Bell.
Tal como lo indica el nombre del disco, Warren Haynes es un hombre en constante movimiento. Ya sea como guitarrista de los Allman Brothers, líder de Gov’t Mule, colaborador de la nueva versión de los Grateful Dead, Furthur, u organizando conciertos a beneficio para Navidad. Acá deja en claro que su música no tiene límites y que sus cualidades como músico y compositor están cada vez más en alza. Desde la llamativa tapa del álbum hasta el último acorde, Man in motion es uno de los grandes acontecimientos musicales del año.

Richard Nixon era el presidente en ese momento y una de sus hijas, Julie, estaba de novia con el nieto del ex presidente Dwight Eisenhower, David. Para John Fogerty, líder de Creedence y compositor del tema, esos dos hijos directos del riñón del establishment político más recalcitrante, no estaban padeciendo lo mismo que los demás jóvenes de su edad. Eran chicos afortunados. Sus padres mandaban a miles de chicos a la muerte y ellos vivían una vida de lujos alejada del peligro.

Steve Miller Band - Let your hair down. Blues, blues, blues. De eso se trata el nuevo trabajo de Steve Miller, que viene a ser la secuela de su disco del año pasado, Bingo! La selección de temas está compuesta por casi todos clásicos: Sweet home Chicago, Can’t be satisfied, I got love if you want it, Just a little bit, Close together y Pretty thing. Qué más les puedo decir: todo el álbum suena fantástico, con mucho ritmo y bien arriba. Hay buenos solos de guitarra, aunque lo que más se destaca es la voz de Steve Miller. A diferencia de Clapton, Bob Dylan y otros grandes cuyas voces fueron mutando (por propia voluntad o por los años transcurridos), la de Miller se mantiene con el mismo tono que en los setenta y eso es algo alucinante. Aquellos que disfrutaron The Joker, Gangster of love o Evil ahora tienen una nueva oportunidad de repasar viejos temas en la voz de uno de los eternos laburantes del rock
eady as she goes