sábado, 19 de junio de 2010

Back in the seventies

Los setenta vuelven con todo. Aquí tres discos recientemente editados. Tres blues-rockers, cuarenta años más viejos, pero con el mismo espíritu de siempre. The old cowboys ride again

Rick Derringer - The three Kings of the blues. Rick Derringer siempre estuvo en segundo plano. En los setenta cobró algo de notoriedad como el guitarrista de Edgar Winter y también por integrar la banda de Johnny Winter. Siempre fue un animal rabioso de las seis cuerdas y ahora, a esa ductilidad, le sumó años de experiencia. Su últimio disco es una especie de homenaje a Albert, Freddie y B.B. King que incluye una selección de temas que no necesariamente responden a los tres grandes. Es un muy buen disco en el que Derringer no se tira atrás. La guitarra es la protagonista absoluta de este álbum compuesto de once canciones, entre las que se destacan Just a little bit, Key to the highway, Killing floor y Love her with a feeling.

Steve Miller – Bingo!. Pasaron 17 años desde el último álbum de estudio del cowboy del espacio y ahora volvió con un gran disco, en el que retorna a sus bases bluseras más profundas. Steve Miller fue uno de los grandes protagonistas de la década del setenta. Empezó con un sonido más blusero y luego fue mutando hacia un pop híbrido. Pero ahora, curtido, vuelve a las raíces. Hay dos invitados de lujo: Joe Satriani y Norton Buffalo, éste último participó de la grabación de Bingo! poco antes de morir. Miller se despacha con temas de Jimmie Vaughan (Hey yeah y Don’t cha now), Lowell Fulson (Tramp), All your love (Otis Rush), Rock me baby (B.B. King) y Who’s been talkin’ (Howlin Wolf), entre otros clásicos del género.

Foghat – Last train home. Es cierto que sólo queda un miembro original de la banda, el baterista Roger Earl, y que los buenos tiempos quedaron atrás con la partida de Rod Price y, más tarde, con la muerte de “Lonesome” Dave Peverett. Pero Earl y el grupo la siguieron peleando y –casi- nunca dejaron de presentarse en vivo. Tocan blues y rock and roll con mucha fuerza y firmeza. Suenan bien. Los dos covers de Elmore James, It hurts me too y Shake your Money maker, son de lo mejor del disco junto a Lousiana blues. El trabajo de Bryan Bassett en guitarra, especialmente con el slide, es excelente. El sonido del álbum –el primero de estudio en siete años- no es novedoso pero sí está cargado de la energía del rock arena y eso es mucho decir. Los dos últimos temas tienen un bonus de lujo: la participación del legendario Eddie Kirkland.

4 comentarios:

Clorofila Plantamala dijo...

Foghat!?
grandee

Osvaldo Fabián Gremoliche dijo...

Brindemos por estos musicos y grupos que inmortalizan al verdadero rock!

Marcos Lenn dijo...

gracias martin por compartir estas cosas siempre!!

Claudia V. Cipollone dijo...

Idem