sábado, 12 de junio de 2010

Princesa del Blues


Shirley King sabe como entretener al público. Baila, gesticula, bromea, sacude el culo, provoca y, claro, también canta. La hija de B.B. King heredó de su padre la voluptuosidad de su cuerpo, la capacidad de seducir a la gente con ritmo y su buena onda. El viernes por la noche dio un show bárbaro en La Trastienda. Más de una hora y media con clásicos del blues y un par de gemas del soul en los que desplegó toda su energía vocal.

Todo comenzó con la banda -Daniel Raffo y “Alambre” González en guitarras, Mauro Ceriello en bajo, Nicolás Raffetta en teclados y Patricio Raffo en batería- tocando un shuffle para después darle la bienvenida a Gerald Noel, el saxofonista que viaja junto a Shirley King. Siguieron con Watermelon man y después con Further on up the road. Luego subió Shirley, a quien le encantan las canciones con referencias sexuales y doble sentido como Got my mojo working, Hoochie coochie (wo)man y Rock me baby. En cada uno de esos temas sacudió toda su humanidad y jugueteó con un par de hombres del público.

A medida que fueron pasando los temas la gente se fue encendiendo mucho más, sobre todo luego de que ella bajó, caminó entre el público e hizo cantar a un par personas. Uno de ellos fue Pablo Piñeiro, periodista especializado en blues que, desde sus entrañas, sacó unos aullidos wolfescos y se ganó la ovación de todos.

Fue muy bueno el laburo de los guitarristas: Alambre (o mejor dicho el Elvin Bishop argentino) con un sonido más rockero y luciendo el slide en un par de ocasiones, y Daniel Raffo (o el Tony Soprano del blues), con su sonido más cercano al de B.B. King. Este último tuvo un mano a mano muy interesante con Shirley en Rock me baby. Otros de los temas que cantó la hija del Rey del Blues fueron Woke up this morning, Wang Dang Doodle, dedicado a Koko Taylor, y dos clásicos históricos del soul: Mustang Sally y I feel good.

El final fue muy caliente, ya todos estaban de pie, otros bailaban entre las mesas y sillas que se arremolinaban sin control. Hubo aplausos y hasta algún que otro alarido de aprobación para una vertiginosa versión de Sweet Home Chicago. Shirley King hizo lo que mejor sabe hacer: entretener al público con su voz y sus movimientos desinhibidos y provocativos. No por nada es la Princesa del Blues. Su show tiene una definición: satisfacción garantizada.

6 comentarios:

fpz dijo...

Muy buen show. Muy saludable la "actitud Shirley King".

Anónimo dijo...

Me lo perdí :-(

Roxy

Marcelo Larrosa dijo...

Muy buena crónica. La verdad no me dieron ganas de ir antes porque pensé que era medio choreo, pero parece que me equivoqué. Qué disco de ella está bueno???

Alice B. dijo...

Show muy divertido, me encantó!!

Lorena dijo...

Estamos encantadas con tu critica del Show. Nos alegra mucho lo hayas disfrutado! Hoy lo vi a la tarde y ni bien pude lo pegue en el muro y lo mandé a algunas personas por mail.

Besos,

Anónimo dijo...

Marcelo , cuando algo parece choreo hay que fijarse en que músicos locales están ,Alambre Gonzales , Daniel Raffo , Nico Raffetta, Mauro Cerielo y Pato Raffo son de Primera A !!!