Todos estos discos tienen un valor histórico inconmensurable. La relación de la música de raíz americana y los presos se remonta a principios del siglo pasado. Aquí una síntesis de esa historia: diez discos, uno mejor que otro. En algunos casos, músicos dando conciertos en penitenciarias. En otros, presos grabando para la posteridad.
Johnny Cash – At Folsom Prison (1968). “Hello. I’m Johnny Cash”. La multitud delira y comienza el Folsom Prision blues. “Le disparé a un hombre en Reno, sólo para verlo morir”. Aplausos y festejos. Este es por excelencia, sin dudas, el mejor disco que se haya grabado adentro de un penal. Cash está inspirado, la banda suena compacta, el público está en llamas. La mayoría coincide en que este es el mejor disco del Hombre de Negro. Su relación con los presos es alucinante, todo el disco tiene una energía cautivante. Un álbum que no debe faltar en ninguna discoteca.
B.B. King – Live at Cook County Jail (1971). El comienzo del disco es genial. Una presentadora anuncia que es un día magnífico en Chicago y que están presentes el director de la prisión y un juez. Unos tibios aplausos son tapados enseguida por el abucheo y las risas sarcásticas de los presos. Entonces la mujer invita a B.B. al escenario y la banda comienza al galope con Everyday I have the blues. B.B. acaricia a Lucille y todo se vuelve mágico. Para el sitio All Music, la versión de The Thrill is gone es la mejor que King grabó en vivo. Un disco espectacular.
Robert Pete Williams – I’m blue as a man can be (1959). En 1956 Robert Pete Williams mató de un disparo a un hombre en un bar. A pesar de que alegó que fue en defensa propia, fue condenado a prisión perpetua y enviado al penal de Angola, en el estado de Lousiana. Dos años después fue descubierto por los etnomusicólogos Harry Oster y Richard Allen. Ellos grabaron sus canciones, todas inspiradas en la vida en prisión. Este disco es parte de ese testimonio musical. Gracias a su talento, Oster y Allen, a través de sus abogados, lograron que Williams fuera indultado en 1959. Desde entonces hasta que murió, en 1980, no paró de tocar en festivales y conciertos de blues.
Johnny Cash – At San Quentin (1969). Acá tenemos la secuela perfecta de At Folsom Prision. Cash estaba en un momento complicado de su vida, desbordado por las drogas y el alcohol, pero también estaba en el pico de su popularidad. Tal vez todo eso fue el combo ideal para que At San Quentin fuera casi tan increíble como su antecesor. Este disco es mucho más rabioso que el anterior, Cash está al límite, es un bandido, un forajido que si en vez de una guitarra hubiera tenido un arma, se habría producido una masacre. Otro must have.
Little Milton – Live at Westville Prison (1995). Si bien el sello Delmark editó este álbum a mediados de los noventa, Milton lo grabó en 1983. El disco recopila lo mejor de dos conciertos: uno que dio en el pabellón de hombres y el otro en el de mujeres. La voz de Little Milton está en su esplendor y un joven Lucky Peterson se destaca en los teclados. La selección de temas no es la habitual que solía escoger Milton para sus conciertos: no están sus hits, pero eso no importa. Recuerdo que escuché este disco por primera vez en la disquería Minton’s, allá por el 96. Genial.
Varios Artistas - Friday the 13th at the Cook County Jail (1972). Acá tenemos un grupo de músicos de jazz que dio un concierto fantástico para los mismos presos que ya habían disfrutado a B.B. King un año antes. Por un lado el quinteto del organista Jimmy McGriff interpretando la Freedom Suite en dos partes. Después sigue Lucky Thompson, con su soprano, zapando con Cedar Walton en tres standards: Green dolphin street, Everyhting happens to me y Cherokee.
Big Mama Thorton – Jail (1975). Este disco es apenas una muestra de los conciertos que dio Big Mama aquél año en dos prisiones del noroeste de los Estados Unidos. Si bien su voz no está en su mejor forma, el disco está muy bueno. El trabajo de George “Harmonica” Smith es excelente. Y la selección de temas es muy buena también: Ball and chain (que popularizó Janis Joplin, pero que es de Big Mama), Houndog, Little red rooster y Rock me baby.
Varios – Prison songs. Volume 1: Murderous home (1997). Este disco es una de las tantas joyas que hoy podemos escuchar gracias al laburo imponente que hizo Alan Lomax. El material que incluye este volumen corresponde a 1947 y 1948 en la legendaria Mississippi State Prison, más conocida como Parchman Farm, la única cárcel de máxima seguridad de ese estado. Lomax grabó a los presos que, en condiciones durísimas, trabajan durante todo el día. El canto aquí es como una vía de escape. Los 17 temas son mucho más que canciones. Son un testimonio de la segregación racial, de la falta de oportunidades, de arrepentimiento o deseos de venganza.
B.B. King – Live at San Quentin (1991). Veinte años después de su exitoso Live at Cook County Jail, B.B. se presentó en vivo en San Quentin, el mismo penal donde Johnny Cash grabó uno de sus mejores discos. El disco está bien, pero está lejos de asemejarse al anterior. La selección de temas es la típica de los recitales del Rey del Blues. Por momentos hay buena química entre B.B y los presos. Por momentos, no. Igualmente, es un lindo disco para escuchar.
El Tri – En Vivo en la Cárcel de Santa Martha (1989). Yo sé que muchos pensarán que este disco poco tiene que ver con los otros. Pero mis hermanos mexicanos me van a entender. Acá tenemos a la banda número uno de México, 100 por ciento rock and roll. La voz particular de Alex Lora es toda una institución allá. Este disco me lo regaló mi amigo Gerardo Zambrano hace 12 años y sus canciones me recuerdan a esa zapada histórica con La Comunidad Sureña del Algodón y el Gran Oscar Cota en el Tango de Monterrey. El A.D.O, Caseta de cobro, Triste Canción, Oye cantinero, todas grandes rolas. ¡Viva México cabrones! Un saludo para toda la banda y que viva esta pinche música de locos.
2 comentarios:
Excelente el blog y super buena la selección de discos carcelarios. Felicitaciones Martin
Guillermo Blanco Alvarado
"NoTanDistintos" jazz, blues, cine, libros
Sábados de 19.00 a 21.00 por FM FLORES 90.7
www.radiofmflores.net
Me encantó la nota. Pienso en esos artistas de raza que a pesar de verse privados de su libertad siguen teniendo latente esa pulsión creadora, no? Qué grosos. Y pienso también en esas almas genenerosas que pudiendo estar tocando en un bar o en un teatro precioso deciden hacerlo en una carcel. Bien por ellos.
Publicar un comentario