jueves, 25 de junio de 2020

Chicas poderosas


Las hermanas Rebecca y Megan Lovell avanzan a paso firme. A diez años de sus primeros EPs independientes, acaban de lanzar su quinto álbum de estudio que las posiciona como una de las bandas más activas, dinámicas y efervescentes de la escena estadounidense. Venían en franco ascenso con shows importantes, presentaciones en grandes festivales y giras internacionales cuando se desató la pandemia y llevó a la actividad artística a un parate forzoso. Pero eso no las amilanó a la hora de seguir con sus videos en Youtube y sacar un nuevo disco.

Oriundas de Calhoun, Georgia, pero afincadas en la meca de la música popular del país del norte, Nashville, Rebecca y Megan, de 29 y 31 años, son la nueva joya del estilo denominado americana, esa fusión de country, folk, blues y bluegrass a la que ellas le agregan power rockero. El sonido de Larkin Poe se caracteriza por las exquisitas armonías vocales, la guitarra como estandarte, y mucho lap steel. Las influencias de las hermanas brotan en cada una de las once canciones del álbum: los Allman Brothers, Stevie Ray Vaughan, Bonnie Raitt, Skip James y Chris Withley.

En este disco, en particular, predominan las composiciones propias. Diez de los once tracks llevan la rúbrica de las hermanas. Tears of Blue to Gold es el tema con la melodía más atractiva y pegadiza; Back Down South, en la que las acompaña otro músico en ascenso como Tyler Bryant, es su alegato de raíz sureña; mientras que en She’s self made man llevan los decibles a un punto que Angus Young se pondría orgulloso de ellas. Easy Street y Ex-Con tienen esa épica rutera tan distintiva del sur de los Estados Unidos y Every Bird That Flies se sostiene con una base rítmica electrónica que genera un clima bello y oscuro a la vez. El único cover es God Moves on the Water, de Blinde Willie Johnson, una canción que fue escrita hace casi un siglo y narra la tragedia del Titanic citando un versículo de la Biblia: “Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. 

A su crecimiento artístico hay que sumarle el esfuerzo de mantener su propio sello, Tricki-Woo Records. En una entrevista que le concedieron al portal español Mondo Sonoro explicaron que “editar tu música con tu propio sello te da una libertad absoluta. Tenemos mucha determinación con nuestro arte y nunca nos pondríamos en una posición en la que tuviéramos que hacer muchas concesiones. Estamos orgullosas de ser indies”.

Tras la nominación al Grammy de su disco anterior, Venom & Faith, el nuevo álbum suponía un desafío mayor para ellas y lograron superarlo con talento, compromiso y convicción. En palabras de Megan: “La tradición de la música de raíz norteamericana es de vital importancia. Nos tomamos muy en serio nuestra misión y sentimos que hay un interés renovado en el blues, en la americana y en el folk en los últimos años. Somos muy optimistas a la hora de compartir esta música con las próximas generaciones”.


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